No soy mucho yo de contar sueños, pero este lo voy a contar
porque, a pesar de lo raro, fue divertido.
Estaba en un país enemigo haciendo de espía y para disimular
soltaba grandes gargajos a varios metros de distancia y miraba todo el rato de
soslayo. Las situaciones eran bastante confusas pero sé que, ya estuviera en la
parada de autobús, en la pescadería o en una fiesta, miraba de soslayo y
escupía a gran distancia unos gargajos sanguinolentos y lo hacía para
disimular. Fue divertidísimo. Nadie se dio cuenta de que estaban ante un
peligroso espía.
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