El celador grande tenía voz de faltoso analfabeto de bar y discutía con el otro sobre la jubilación y esas cosas, mientras le cambiaban los pañales al hemipléjico de la cama contigua.
Cuando vinieron a asearme con sus horribles manos peludas quise entrar en la conversación para olvidar que dos tíos de manos peludas y pocas luces estaban metiéndome una esponja por la raja del culo.
- A este paso me ve a tocar jubilarme a los 75- dije, con no demasiado interés.
- A ti que más te da si de todas formas te vas a quedar todo retorcido y te van a dar una paga- dijo el faltoso de bar.
No dije nada pero se la guardé bien guardadita y urdí un malvado plan para vengarme.
Los celadores trabajan de manera rutinaria y mecánica usando su cerebro anfibio ya que la corteza la emplean para pensar en chuletones de ternera o en el dolor de espalda y siempre intentaban ponerme unos pañales a pesar de que yo no los precisaba. Cuando a la mañana siguiente vinieron a asearnos dejé que me los pusieran e inmediatamente expulsé por el culo las cuatro tarrinas de natillas que acababa de consumir con ese fin(lo de las natillas en ayunas es una bomba, de la boca al culo).
- Perdonen, yo no uso pañales- dije, cuando ya estaban en la puerta.
Tendríais que haber visto su cara. Eso sí que no se lo esperaban. Medio kilo de mierda de reciente producción.
- Joder , pero eso se avisa hombre. ¿y no pudiste esperar a que te los quitáramos?.
-A ti que más te da, si de todas formas te vas a pasar toda la puta vida limpiando culos.
¿Verdad que es divertido? Pues mi Marisa opina que cagarse encima para escarmentar a alguien no deja de ser enfermizo pero yo creo que ella no ha cagado en una cuña ni le ha metido la esponja entre las piernas un extraño y eso le hace carecer de perspectiva y objetividad para opinar sobre el asunto.
En la imagen, una de heces y orina.