Una amiga hechicera o cosa parecida le regaló a mi Marisa un frasquito de flores
de Bach personalizado para estabilizarme emocionalmente. Tenía que echarme unas
gotitas debajo de la lengua cuatro veces al día y desde el primer momento noté
su efecto, empezando por el pelo. Esos graciosos mechones que me dejé largos
para cubrirme la calva y que siempre insistieron en intentar tocar el cielo, se
posaron casi de inmediato sobre mi cabeza. Noté su tacto sedoso en el cuero
cabelludo y unos instantes después me noté sensato, así que agarré un trapo de
la cocina y puse todas las sillas al revés sobre la mesa. Limpié cuidadosamente
las cuatro patas de cada una y observé que algunas tapas de fieltro se habían
deteriorado o incluso ya no estaban. Bajé a la ferretería y me gasté 200 euros en
fieltros de formas diversas de manera que nunca más me faltaran tapas para
sillas y que cuando, dentro de 15 o 20 años, hubieran subido los precios, yo
pudiera reírme del mundo, porque la sensatez que me había otorgado mi frasquito
de flores de Bach me hacía ir diez pasos por delante.
El sofá y los butacones. Les di la vuelta y comprobé que no
tenían fieltro. La cama. No, tampoco tenían fieltro. El escritorio de Marisa y
mi mesa de hacer cosas sobre la mesa. Nada. Toda mi casa estaba sin fieltro
protector. Los cuadros no tenían fieltro que protegiera la pared y el resto de
muebles tampoco. Tumbé los armarios y desmonté los que se sujetaban con
tornillos. Necesitaba fieltro en piezas grandes. Bajé a la ferretería. Allí
estaba Marisa, comprando bombillas.
—¿No te habías dado cuenta de que no tenemos luz en el baño?
—me dice.
—No, yo vengo a por fieltro para los muebles.
—¿Qué fieltro?
—Ayayay, que me parece que en casa hay alguien más que
necesita flores de Bach. —dije, con retintín musical —¿Tiene 20 metros de
fieltro?
En el ascensor, yo silbaba con sonrisa picarona. Qué
contenta se iba a poner mi Marisa cuando viera todos los muebles patas arriba,
esperando su fieltro.
—Deberías pedirle a tu amiga unas flores de Bach para ti.
Son geniales—le dije, antes de abrir la puerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario