Tengo un plan. Probablemente habría que ejecutar a muchas personas que
están en el poder antes de llevarlo a cabo, pero es un buen plan. Lo expongo sin rodeos:
A mí me parece que los problemas de este país se resolverían con un
carnet de votante por puntos. Mediante unos psicotécnicos, cada cuatro años se
renovaría y solo lo obtendrían los que demostraran que, además de tener cerebro,
supieran utilizarlo con desenvoltura y sensatez. Los puntos se quitarían a
aquellos que fueran sorprendidos diciendo o haciendo ciertas estupideces
públicamente: "tenemos lo que nos merecemos", "a ver si se
arregla la cosa", "con la que está cayendo", "vivimos por
encima de nuestras posibilidades", "es que es voto perdido", "Dios
aprieta pero no ahoga", "me voy a misa de 12", "¡¡Oeoeoeoe!!".
Respecto a actos que pudieran conllevar la retirada de puntos: comer en Mac
Donalds más de dos veces por semana, beber vino blanco de cartón directamente del envase, sacar la
calderilla en la cola del supermercado, pagar con billetes de cien en la cola
del supermercado, explicarle enfermedades a la cajera de la cola del
supermercado, explicarme enfermedades a mí en el ascensor, dejar niños sueltos
y desenfrenados en sitios en los que estoy yo, cambiar de móvil para cambiar de
móvil, cambiar de coche para cambiar de coche, no llevar los zapatos a la
zapatería, tirar comida que todavía no se mueve sola ni tiene verde, tener un
cuarto hijo para conseguir que por fin salga niña (eso no es la parejita, eso
son tres niños y una niña), degollar o haber degollado a alguna persona o
animal a lo largo de tu vida.
A lo mejor os parece que soy un poco expeditivo. Tranquilos, tengo un plan
B. Se trata de que haya diferentes tipos de carnet de votante, como los de
conducir. De A1 a D, con la misma progresión. El voto de un individuo de permiso A1
sería el equivalente a la quinta parte de un voto y el valor de un voto
de individuo clase D sería equivalente a cuatro votos. Ni que decir tiene que
el votante D sería una persona con cultura demostrada, empatía y simpatía,
sensibilidad social (tener más de 1000 amigos en feisbuk no cuenta), humildad y un punto de austeridad solidaria. Al votante A1 le
pediríamos que, además de superar un psicotécnico primario, supiera freír un
huevo y no tuviera antecedentes por delitos de sangre.
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