
No vino ella sola sino que fueron tres figuras silenciosas caminando de puntillas las que se deslizaron proyectando sus sombras sobre mi cama al pasar frente a la habitación. Estuvieron un rato riéndose y bebiendo en la cocina y me dio por pensar que se estaban riendo del bueno de Mariano y que Marisa les contaba cosas ridículas del payaso que creía dormido en la habitación. Me puse como un burro pensando que a lo mejor estaban tan borrachas y desinhibidas que querían violarme o ponerme sus coños sudorosos de noctámbulas sobre la cara. Pero la vida no es un cuento de hadas, amigos, y en la soledad de la habitación, pasadas 2 horas y escuchando esas risas de alterne como cantos de sirenas venidas a menos, me sentí más calvo que nunca.
Luego escuché pequeños portacitos y roces de ropa de cama y supe que se quedaban a dormir(¡¡visitas!!). Cuando entró en la habitación, Marisa olía como un pirata de taberna y decía cosas terribles que jamás había escuchado de su boca:
- ¡¡Menudo pedazo de mierda estás hecho!!¡¡hueles a vieja enferma!!
- Eso que me has dicho no lo olvidaré nunca, Marisa-, le respondí, con los ojos anegados. Pero Marisa se quedó dormida casi al instante de caer como un saco a mi lado. Luego roncaba.
"Así que una vieja enferma ¿eh?"pensé para mis adentros. Marisa olía a tabaco y alcohol y se me puso la polla como un mástil en cuestión de segundos. Encendí la luz. Tenía rastros de vómito en la comisura de sus labios. Siempre me pusieron caliente las mujeres borrachas y sin asear.
Me restregué contra su culo con esa agradable sensación de estar follándome a una muerta(ya sabéis a qué me refiero). Me corrí en sus nalgas después de media hora sacudiéndome contra ese cuerpo inerte. "Esta es la Marisa que yo quiero", pensé.
- ¡¡Quitame esos lecherazos del culo, subnormal de mierda!!-, Gritó de repente mi Marisa.
¡¡ESTABA VIVA Y DESPIERTA!! ¡¡QUÉ HIJA DE PUTA!!¡¡Y QUÉ LENGUAJE SOEZ!!
Al día siguiente permanecí haciéndome el dormido hasta que se fueron sus amigas a las que nunca conocí y después, al hacerme el encontradizo con Marisa en la cocina, me dijo, con su sonrisa de hada buena:
-¿Qué tal dormiste esta noche?
- Mal- , dije , mirando al suelo y colorado como un centollo.
-A ti siempre te tiene que pasar de todo.
Y se reía con su risa cristalina de ángel del cielo.
En la imagen, una historieta con mujeres borrachas y un tonto del culo.
3 comentarios:
Ya llegó el "sapo ciego". ¡y no veas que buen rato!
pues me alegro. yo me lo pasé bien haciéndolo.
Saluditos
pues me alegro. yo me lo pasé bien haciéndolo.
Saluditos
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