Después de mucho insistir conseguí convencerla de que me dejara comerle el coño. Era mi primera novia y todavía no se la había metido a nadie, pero, como ella también era virgen, estaba más interesado en comerle el coño que en meterle la polla. Manías. Cada uno tiene sus manías. El otro día un cliente jovencito me confesó que, formateando un disco duro en el trabajo, había descubierto videos de travestis y que el dueño de ese ordenador no parecía maricón. Yo le expliqué que los maricones deberían sentirse atraídos por personas del mismo sexo y no por mujeres con polla. Así que el hombre tenía probablemente algunas fantasías sexuales y casi seguro que sin resolver. Dicen que el temor a la exploración rectal que tenemos los hombres no es miedo al dolor sino miedo al gusto. Otra teoría respecto a la demanda de travestis por hombres heterosexuales es que en realidad el travesti es usado en este caso para evitar mala conciencia y asegurarse uno mismo la hombría. La idea es que si te da por el culo una mujer no eres maricón , es simplemente que te gusta que te masajeen el culo. No es tan disparatado. Un camarero que trabajaba conmigo en Andorra me decía que quería metérmela por el culo y que me iba a gustar y yo le decía que eso tenía que doler. El me respondía que si te gusta cuando sueltas un zurullo así de gordo ¿por qué no te iba a gustar que entre otro igual?. Me intentaba convencer de que le dejara usar mi culo basándose en argumentos absurdos. A él lo que le gustaba era sodomizar a hombres tipo camionero y cosas así. Se me ocurrió decirle que a lo mejor si Elsa Pataki tuviera polla dejaba que me la metiese y él me dijo que eso demostraba que bajo mi aspecto de borracho de las montañas se escondía un gay. Bueno. Yo me reía siempre que el bueno de Damián(así se llamaba) intentaba convencer a todo el mundo de que todo el mundo era marica en potencia. Así que cuando me convenció de que le diera alojamiento en mi piso durante el fin de semana porque le habían echado del suyo, estuve unos segundos preocupado antes de acceder.
Cuando entró en el piso olió el aire y arrugó la nariz. No era un tipo amanerado sino todo lo contrario, pero arrugó la nariz. Luego estuvimos en el salón viendo la de "tomates verdes fritos" y al hombre se le empañaban los ojos cuando la chica se moría. Mientras esto sucedía en la pantalla, yo me quité los calcetines, me los llevé a la nariz, y me los volví a poner. Todavía estaban para un par de días más. Damián me miró con ojos desorbitados empañados aún en lágrimas.
- Vale ,lo retiro, no eres gay, eres un borracho de las montañas-, me dijo
-Pues me alegro, oye, ya me jodería descubrir mi homosexualidad a los 40 años y saber que me había perdido 20 años de pollas y culos peludos sin necesidad.
Pude escuchar el crujido de su cerebro al borrarme de su lista mental de hombres violables y vi como se relajaba su cara en una sonrisa. Ya no tenía que convencerme de nada. Estuvimos bebiendo vino hasta tarde y me explicó que mi jefe de cocina, cuando se corría, parecía un surtidor y que le gustaba más tomar que dar. Al parecer, mi jefe le había explicado que se sentía menos maricón tomando por el culo que metiendo la polla en un culo peludo, porque lo que en realidad le gustaba eran las mujeres, pero como era feo como un demonio y de carácter retorcido, nunca tenía acceso a ellas de manera gratuita. Me pareció un argumento extraño y que probablemente tenía más de la cosecha de Damián que de la del chef.
Pero el caso es que 24 o 25 años atrás le comí el coño a mi primera novia, que olía como los ángeles y no sabía follar.
1 comentario:
Estás bien amigüi???
Espero que sí, que haya llegado el helicóptero a tiempo. Besos.
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