domingo, 11 de abril de 2010

EL PELUQUERO HIJOPUTA Y LA NIETA DESNATURALIZADA


Pues a veces vienen madres con sus críos a la pelu que me la ponen morcillona de inmediato pero como tienen maridos que también se cortan el pelo conmigo y pueden estar leyendo esto, diré también que solo me la ponen morcilla aquellas cuyos maridos es imposible que estén leyendo esto. El caso es que muy de vez en cuando aparece una nieta a traer a su abuelo decrépito y esas sí que están buenas. Siempre me pusieron caliente las chicas que son amables con sus abuelos porque si quieren a sus abuelos que ya casi ni las reconocen y que huelen mal, perfectamente pueden chuparme la polla a mí, aunque eso no ocurre nunca ni aunque ponga un swing muy alegre en el ordenador y me haga el bailón guay mientras corto el pelo y tarareo felizmente la melodía; aunque le pregunte al abuelete cosas que le importan y me interese por lo bien que se conserva y si tiene algún truco especial para haber llegado tan saludable a los 80 (aunque salte a la vista que tiene 90 y un pie en la tumba). El caso es que el otro día vino una chica superguapa y me dejó al abuelo y se fue para no volver nunca. El viejo tenía alzheimer o algo así y ella se fue a hacer unos recados asegurando que volvía ahora mismo. Cuando me fui a dar cuenta llegó la hora de cerrar para comer y yo estaba ahí con el ordenador mientras el abuelo babeaba en la silla, con el pelo ya cortado desde hacía un rato. Le puse en la mano un libro de cuentos infantiles pero el pobre no sabía qué hacer con él. Le puse en la mano una copa de orujo que traje del bar de al lado y esta sí que sabía qué hacer con ella. Le puse otra y se la metió de otro trago. Luego se puso tonto y le dio por pegar puñetazos en la mesa y me tiró el germicida a tomar por culo." ¡Pon la mesa cojones!" gritaba el hijoputa. Así que me vi obligado a echarlo de mi local, lo dejé afuera con una silla, la copa y un purito encendido que me había regalado un cliente, y me fui a comer.
Dos días más tarde me encontré a la nieta en el autobús:
-Eres un hijo de puta-, me dijo
-Y tú una nieta desnaturalizada-, le respondí.
No dijo nada, se fue y me quedé sin saber qué coño había pasado finalmente con el viejo. La pobre había confundido mi peluquería con una gasolinera. La historieta de la imagen consta de 2 páginas.

2 comentarios:

Thornton dijo...

En el instituto, al principio, las madres de mis alumnos me parecían muy mayores. El último curso quedé prendado de una abuela.
Veo que sigues en forma.
Un abrazo.

javiguerrero dijo...

Pero es que una abuela de hoy en día puede dar mas morbo que una de a 20 de los años 60.