
-Mira, te voy a decir una cosa…
El frusfrús de sus pantalones al deslizarse y su voz pastosa y cazallera me hacían tener una imagen viva de la escena, incluso podía identificar en mi imaginación a uno de los borrachos de la barra del bar en la fiesta, el que hablaba para dentro y escupía sus manos y las frotaba como si estuviera a punto de coger una azada.
- …yo ya te dije lo que te iba a costar…yo no miento…lo que te iba a costar lo sabías tú….tú muy bien….a mi nadie me llamó nunca mentiroso a la cara … a la cara…yo ya te…
Su letanía iba acompañada de flops y propopops reveladores del tamaño y la textura de sus heces.
La luna llena seguía allí; y la orquesta y el cricrí de los grillos, pero los excrementos de aquel desconocido y sus miserias se habían mezclado con el aroma de los míos y con mi momento de felicidad terrenal.
La magia había desaparecido.
Picad en la imagen.
2 comentarios:
ja ja ja, vaya...Por estos valles que tú bien conoces, si se te ocurre alguna vez "reconciliarte" con la madre natura a través de gestos escatológicos lo más probable es que seas arrollado por una panda de locos de la btt o un grupito de educados senderistas nórdicos te den los buenos dias y ni se inmuten con el gesto o lo peor els Banders señalizen la defecación con un punto rojo como parte de un GR ...ja ja
(me reí mucho con esa viñeta el dia que la leia,muy bien.)
Ya ves Elvira, me emociono con cualquier cosa porque soy persona sensible. Mi pueblo no tiene turismo masivo y por eso de una cagada en el campo solo te ha de preocupar que haya un jabalí o un borracho cerca.
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