martes, 7 de febrero de 2012
ELEGANTE
Recuerdo que una vez tuve una gata rayada y un gato negro. El negro era todo lo elegante que le dejaba ser la diarrea constante que padecía y la rayada era todo lo elegante que le dejaba ser el hecho de ser la madre del gato negro que perdía heces al caminar. Pero eran buenos amigos de sus amigos y soportaban con estoicismo mis largas ausencias. A ellos va dedicado este chiste, que es un chiste elegante dentro de sus posibilidades.
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4 comentarios:
Yo nunca fuy partidario de capar a un gato.
Ademas que no es recomendable,de ahí el dicho de "eres mas rencoroso que un gato capao"... hazte una idea de porque...
¿Quién dijo nada de capar a un gato?
No me hace especial gracia, pero es bonito y elegante... a su manera.
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