viernes, 26 de febrero de 2010

A LAS PRUEBAS ME REPRIMO


Esta vez sí. Esta vez os voy a contar qué fue eso tan espantoso que me ocurrió hace muchísimo tiempo, cuando era joven y vehemente. De todas formas, quizás estoy incurriendo en un error al presuponer que la persona que está leyendo esto ha leído necesariamente el post que hacía referencia a este hecho vergonzoso, olvidando contarlo al final. Siempre me sorprendo al leer los blogs de los desconocidos y ver con qué seguridad se dirigen al lector imaginándose que este sigue sus andanzas desde tiempos inmemoriales, como si de una apasionante novela se tratase, cuando en realidad los textos se los va comiendo el monitor por la parte de abajo. Así, el otro día, entré en uno que decía algo así “ Tengo la seguridad de que el legado que me ha dejado es algo que nunca morirá porque los sentimientos nunca mueren, de todas formas, me encuentro bastante bien a pesar de todo lo ocurrido…” Seguí leyendo intentando que el contexto o alguna aclaración me informase de lo ocurrido en la vida de esa desconocida. Nada. En su perfil decía 34 años y formación universitaria (¡y era de letras!). En la foto estaba como un queso, pero quizás demasiado maquillaje y el labio inferior colgaba un poquitín. Los 3 post anteriores ponían música y poemas horribles con flores y corazones. Busqué entre los antiguos pero se me hacía penoso leer toda la mierda sentimental para no encontrar nada que hiciera referencia a un hecho triste que deja un legado de sentimientos que nunca mueren. La chica tenía otro blog, pero era de críticas literarias y cosas de esas. Muy comedido y con poco corazón, como si fueran extracciones de su examen de fin de curso. Allí no estaba lo que yo andaba buscando. Decidí por fin escribirle un correo comunicándole mis inquietudes:
“Hola, soy un lector de tu blog y, leyendo el último post, he intentado adivinar qué legado te han dejado que nunca morirá porque los sentimientos nunca mueren y cómo te encontrabas antes teniendo en cuenta que ahora dices encontrarte bastante bien después de todo lo ocurrido y en qué consistió todo lo ocurrido. He estado urgando en tus blogs hasta la nausea porque padezco un trastorno obsesivo compulsivo y en estos momentos, mi única meta en la vida es conocer la respuesta. ¿QUÉ ES ESO QUE TE OCURRIÓ?.
Un saludo.”
Me contestó casi a los dos minutos. Siempre miro de nuevo el correo 4 veces consecutivas antes de apagar el ordenador y después de teclear diez veces la frase “resilencia para la vejez” ( ya la tengo escrita en un archivo 12567 veces) . La chica no se extendió mucho:
“Hola Javiguerrero, La razon de que hayas encontrado ese post aislado y sin sentido es que suprimí los dos post anteriores que lo explican, porque me parecían demasiado íntimos e incluso podría ser que alguien se reconociera en ellos. Un saludo y gracias por tu interés”
¡Que hija de la grandísima puta!, ¿Qué parte de TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO no había entendido? Ahora me parecía todo más jodido aún. No podía librarme de la elucubraciones que me asediaban de día y de noche, cagando y comiendo; durmiendo y trabajando. Estaba enfadado. Pero ocurrió que una señora le dijo a la otra en el autobús : “A las pruebas me reprimo” . Y me dio un ataque de risa. Después de los ataques de risa se me ocurren cosas graciosas, así que volví al blog y le escribí un comentario en el post que me estaba haciendo sufrir:
“ Yo creo que la persona que te dejó el legado de sentimientos nunca estará lo suficiente lejos de las personas a las que ama ni lo suficientemente cerca de aquellas a las que odia, porque el amor liviano es al pasional lo que la fruta a la cerveza”
¿Y sabéis que contestó la chica lista de los estudios universitarios? Pues esto:
“Entiendo a qué te refieres, yo también me he sentido así a veces”
¡Anda que no hay que andar con cuidadito con los blogs!, ¡que a veces son para mear y no echar gota! En la imagen un chistecito.

martes, 23 de febrero de 2010

IO SON!, IO SON FELICE!




En realidad lo que me hacía falta era dormir, pero decidí acercarme a la fiesta de Miño porque estaba medio borracho y me apetecía correr a toda hostia con mi R4, escuchando La Traviata.
-Perché?- y volantazo a la derecha con derrape a toda hostia
-Per riportarlo- Y volantazo a la izquierda con derrape a toda hostia
-Quando?- Y pisar el acelerador a fondo
-Quando sará appassito- y cuesta arriba aguantando en cuarta….aguantamos….aguantamos…Bien, curva a la derecha y cuesta abajo
-O ciel! Domani?
-Ebben, domani.- abajo a toda hostia. Ventanillas abiertas y flequillo al viento.
-Io son, Io son felice!- Soy, soy feliz.
Maria Callas y Francesco Albanese, esos cabrones meaban colonia, casi seguro. Ese cachito en el que Violetta y Alfredo están cortejando me encanta, con el R4 vibrando y amenazando con desintegrarse en mil pedazos, dejándome solo con el sillón y el volante en la mano en medio de la carretera, rodeado de castaños y robles. O amenazando con irse a vueltas hasta el fondo del río “D´amarmi dite ancoraaaa?”. Haciéndolo finalmente, a vueltas, hasta el rio. Y luego, entre el amasijo de hierros, en el rio “ Parto”; “ Addio”.
No apagué la música, los hierros del coche se arrugaron lo justo para no tocarme y solo tenía una heridita en el meñique. Cogí la botella de vino del asiento trasero y el sacacorchos de la guantera y me senté en una piedra a observar como emanaba opera del coche arrugado. Anochecía.
Si quieres que sea bonito, lo es. Un momento de gloria, si señor. En mi viejo Renault 4. Ya me mereció la pena la hostia solo por esos tres cuartos de hora.
¿La fiesta de Miño? ¿Qué fiesta?
Picad en el video y me lo veis enterito, que sale el rio Yerbo, en mi pueblo(también Yerbo). Y el Renault 4 rojo arrugado. Y el trocito de ópera. Y no os olvidéis de darle volumen.

domingo, 21 de febrero de 2010

LOS ARTISTAS DEL ARTE MODERNO SON CASI TODOS UNOS GILIPOLLAS

Esto que os voy a contar, no se lo digáis a nadie o, por lo menos, no le digáis a nadie que lo he dicho yo: Los artistas del arte moderno son casi todos unos gilipollas. Yo casi no tengo trato con ninguno porque me da mucha cosa cuando los veo explicar qué quiere decir lo que hacen. ¡Putos gurús de mierda!;¡que se vayan a tomar por el culo todos con su exquisita sensibilidad! Cristina era artista moderna y siempre pienso que la única razón de que me dejara montarla es porque le parecía original follarse a un tullido. Es que tengo un muñoncito con tres dedos saliéndome directamente del codo (es de nacimiento) y se ve que quería hacerse la interesante paseándose por las exposiciones, las performances y los conciertos de música rara conmigo al lado; porque os puedo asegurar que con esos tres deditos no sé hacer nada especial en cuanto a sexo se refiere, uso el otro brazo y la polla, como es lógico…Sí , la lengua también, joder, que hay que explicarlo todo.
Era amiga de un amigo mío que de vez en cuando se emborrachaba conmigo. “no le digas ningún chiste de esos machistas que se te ocurren a veces, que es muy feminista y no los pilla” me advirtió antes de presentármela. Pero yo, como tengo el muñoncito este, digo lo que me da la gana y nadie se atreve a llamarme la atención, así que solté todo mi repertorio mas algunos improvisados sobre la marcha ( “lo que más me gusta de las feministas es imaginármelas meando”, por ejemplo). Cómo se reía la hija de puta, solo porque tengo el muñón. Fui más osado todavía:
“Te ríes por que soy deforme y no te quieres cabrear, pero que sepas que tengo una gran polla todopoderosa”, le dije.
“Ah jajaja, me encanta ese rollo Bukowski tan trasnochado”, dijo ella.
Le pregunté qué era un rollo Bukoswski y le dio un ataque de risa. Solo porque soy tullido. Me explicó lo del escritor y entonces le pregunté que qué era “trasnochado” y ahí si que se meaba de risa, la muy subnormal. Unos meses más tarde saqué de la biblioteca un libro de Bukowski pero, como soy asturiano, no entendía que le ocurría a ese tipo con la bebida y los oscuros tugurios; en mi pueblo está todo el mundo medio borracho a partir de cierta hora y no nos ponemos tan tontos.
Así que nos hicimos medio novios, Cristina y yo, hasta que (esto seguro que os sorprenderá) me harté de sus tormentos de artista, sus monólogos insoportables sobre cómo se sentía por dentro. ¡Y qué asco me daba cuando ponía cara de estar haciendo algo importante mientras pintaba su mierda de cuadros abstractos!. Me harté también de su cuerpo, casi antes que del montón de mierda profunda que tenía en el cerebro. Y eso que estaba buena, así, menudita y espiritual. Como no me atrevía a decirle que quería volver a mi casa con mi madre, lo que hice fue ir sembrando el caos entre sus amistades, emborrachándome y explicándoles las porquerías que hacíamos Cristina y yo en la intimidad, riéndome de sus cuadros de mierda y sus paranoias de artista y entrándole a su hermana, que era más fea que su puta madre, o a su madre, que era más fea que su puta madre. El caso es que como soy tullido nada de esto funcionaba; me lo perdonaban todo. Así que tuve que soportar esa situación durante un año y medio, follándomela cuando me daba la gana sin preguntar, escuchando sus discursitos bochornosos sobre arte y sin pagar alquiler ni comida, hasta que un golpe de buena suerte, en forma de conductor borracho, acabó con su vida.
Pobrecita, tan menudita ella, estará ahora rodeada de angelitos sin sexo (¿tullidos?) con sus arpas y sus flautas traveseras.

viernes, 19 de febrero de 2010

MIS ROTUS DE COLORES

Yo soy capaz de cortar en rodajas cuatro tomates a la vez en la cortadora de fiambres, utilizando una arriesgada técnica de mi invención. Cuando hacía esto en la cocina del hotel, pongamos, La Montaña Blanca, las camareras se arremolinaban a mi alrededor y decían oh- ah, y el jefe de cocina venía corriendo a evitar que yo utilizara mi asombrosa técnica porque yo era más guapo que él y me tenía envidia. En realidad en aquella cocina éramos todos feos como demonios exceptuando el de los pescados que era un guaperas, pero tan subnormal que su estupidez y su olor a pescado eclipsaban a su buena planta y las camareras pasaban de él como de la mierda. También había una camarera subnormal pero, en contra de lo que la gente suele pensar, a los feos no les gustan las feas necesariamente ni a los imbéciles las imbécilas, así que no solo no se lió con el pescadero, sino que se odiaban a muerte. La camarera subnormal era rubia y estaba muy buena, lo que hacía de ella un conjunto muy armonioso. A mí no me preocupaba su cerebro y yo parecía gustarle por alguna razón porque una vez me pidió que le diera un pepinillo y, cuando se lo fui a poner en la mano, me dijo que se lo metiera directamente en la boca (¡¡Menuda cerda!! ;¡¡Un pepinillo en la boca!!); yo le dije con mi habitual sutileza que si no prefería un pepino de medio kilo que tenía entre las piernas y ella me rió la gracia con su ronca y exagerada risa de idiota. Cuando se reía bizqueaba un poco y enseñaba la comida de la boca si estaba comiendo, y a mí eso me ponía palote. Un día entré en el servicio y allí estaba ella cagando. Se me quedó mirando con su sonrisa más seductora y, si no fuera por el olor, me hubiera arrodillado allí mismo para comerle el coño. El caso es que finalmente tuvimos un revolcón encima de la nevera de los helados, abajo en el almacén, pero se me cortó el rollo a la mitad cuando ella empezó a hablar de los embutidos que colgaban en ganchos, encima de nuestras cabezas: “Mira que si se nos cae un chorizón de esos encima”, y se reía “igual se te mete por el culo”, y se reía. “El otro día me llevé un salchichón ibérico de esos escondido en el abrigo”, y se reía. “Tengo que decirle al jefe que se está acabando el Jamón” y se reía. Así que saqué la polla del recinto y me subí los pantalones. “¿Qué pasa?, ¿Ya está?” decía la muy puta. Al volverme me encuentro con el cuerpo del jefe pero sin la cabeza. Me explico, había bajado casi todas las escaleras y, al darse cuenta de la situación, se había quedado unos peldaños más arriba, por alguna razón que desconozco, y justo la cabeza quedaba fuera de mi campo visual, dando la sensación, gracias un curioso combinado de colores, luces y sombras, de que un cocinero sin cabeza había estado acechando mientras follábamos. Mi corazón dio un vuelco, como aquél día que me dejé sin barrer en el servicio los pelos de un amigo al que había cortado el pelo, y al día siguiente me levanté con la resaca y los confundí con monstruos peludos. ¿no os lo conté lo de los monstruos peludos? Pues no me apetece buscarlo pero anda por ahí. Si picáis “monstruos peludos y otras cosas de mucho miedo” en google, seguro que aparece el post. Pero a lo que vamos, no sé como ocurrió, pero esa chica acabó viviendo en mi casa. Follar con ella era como el cagar pero algo mejor que una paja y ella, vista su falta de entusiasmo, no entiendo para qué follaba.
Pero el asunto fue bien hasta que la pillé pintando con mis oleos encima de un lienzo “sucio”, como una parvularia subnormal. Estaba haciendo un jarrón con flores encima de uno de mis abstractos de mi época abstracta. Era una mancha gris con un par de trazos atormentados y rojos que se me había ocurrido hacer porque me parecía que eso era lo que hacían los genios, y ella lo había tapado con un jarrón con flores.
“ El año pasado hice un curso de pintura” me dijo con sonrisa de niña traviesa. “¿Te gusta?”
“ Si, cielo, es precioso. Tienes que buscarte un sitio para vivir porque viene mi primo a trabajar con su mujer y el niño y todos no cabemos.”

OTRA PARA PEPE EL FERREIRO

Aunque mis lectores de Mexico, EEUU o incluso Andorra, no sabéis de qué va esto, podéis picar AQUÍ y os enteráis. Aunque quizás no entendáis el chiste porque es un asunto muy largo que amenaza con estirarse hasta que sea necesario.

miércoles, 17 de febrero de 2010

ELLA DABA ASCO Y ÉL ERA VIEJO

Estaba en Andorra administrando mi fortuna y haciendo algunos bolos en cocina de vez en cuando y llevaba tanto tiempo sin follar que jamás le diré a nadie nunca la cantidad de tiempo que llevaba sin follar. La chicas de mis tres revistas de putas ya me parecía que las conocía de toda la vida (en Andorra la pornografía escasea porque son un poco raritos; solo el penthouse y mierda de esa); así que ahora, cuando abría las páginas, me daba la impresión de estar mirando a mi hermana o algo así. O sea, que cada vez que salía de juerga era con la convicción de que esa noche iba a follar o tenía que follar porque los segundos, las horas, los días y los meses pasaban y pronto se podrían convertir en años y, finalmente vendría la apatía y después la parca con su coño negro y peludo (¿o cómo era lo que tenía la parca?). Luego volvía a casa como una cuba, después de haber desplegado todos mis ritos de cortejo, cada vez más demenciales según iba trascurriendo la noche. Después me consolaba pensando que quién quiere follar, a ver, ¿para qué vamos a intercambiar flujos corporales si somos seres humanos racionales y ya teníamos que haber abolido el sexo sustituyéndolo por limpias inseminaciones de laboratorio que nos permitieran reproducirnos en individuos genéticamente perfectos? Luego despegaba las hojas de una de las revistas y le dedicaba una paja a una de las hermanas. El caso es que un día apareció una tía en el bar, Rosa, se llamaba, vestida como para devorar a media docena de hombres y escupir luego sus huesecillos triturados, que estaba tan borracha que me hizo caso y me metió la lengua en la boca antes de saber mi nombre. A mí me pareció a esas horas que estaba muy buena. Olía bien, era más joven que yo y pesaba poco. Era nochebuena; ella lejos de su familia; yo lejos de la mía…solo me quedaba arrastrarla a mi casa. Todo iba viento en popa hasta que le dio por vomitar, a la hija de puta. Salió toda descompuesta de los aseos, con rastros de vómito en las comisuras y los zapatos (uuuhm, restos de vómito en las comisuras). Se le había pasado la borrachera y ahora solo quería irse a su casita, como si eso fuera tan fácil, con una bestia en celo como yo dispuesta a matar por un poco de sexo. Le llamé a un taxi, se subió y se fue. Me quedé mirando la pared de piedra de la casa vieja y luego al móvil. Nos habíamos intercambiado los teléfonos pero a mí me dolían los huevos y estaba de mala hostia así que, como soy muy listo, reventé el móvil contra la pared justo en el momento en que el taxi volvía a pasar a mi lado en dirección contraria, dejándome grabada en la retina la cara estupefacta de la chica, tras la ventanilla.
Sabía donde trabajaba y unos días más tarde fui a buscarla (¡me lavé!). Era administrativa y así se vestía. Muy correcta y modosita como para romperle las bragas de un manotazo sin preguntar y montarla encima de una mesa de despacho. ¿Sabéis lo que hizo? Me vio de lejos y los ojos se le abrieron como platos. Sí señor. Pude ver al padre de todos los miedos reflejados en su rostro(y eso que yo llevaba puesto mi sombrero de copa amarillo y la camisa morada). Corrió literalmente en sentido contrario y ya no pensé más en ella.
Luego la ví en otra ocasión, en otro bar, otra noche, vestida para matar como el día que la conocí, con una tajada criminal y restregándose con un palurdo borracho. Daban asco.
Que lo sepas Rosita: dabas asco y él era calvo y viejo.
Y en realidad no olías tan bien ni pesabas tan poco.
Maldita gorda borracha y maloliente.
Y vieja.

sábado, 13 de febrero de 2010

NÚMERO 28 DE "COMO LOS SAPOS CIEGOS"

Amigos, el número 28 de los Sapos Ciegos contiene zoofilia, un viejo, un peluquero, 2 peces, varios subnormales y mucha misoginia. He observado que nadie entra a hacerme la pelota con sus comentarios cuando cuelgo los nuevos números. Me gustaría que alguien lo hiciera.Os dejos unas frases para que copiéis y peguéis si no se os ocurre nada:
Genial el 28, uno de los mejores
Javi, espero impaciente que publiques en papel.
Casi me da un infarto de la risa.
Los peces son la hostia
Los amantes a oscuras son la hostia
El peluquero es la hostia
Eres la hostia
La cerda preñada y su madre son la hostia

AGUSTÍN EL FANTASMA Y UN CAVADOR DE LOS DE ANTES

Agustín el fantasma siempre contaba cosas increíbles que le habían ocurrido. Nos contaba que corría un día en su moto con la cabeza abierta y los ojos anegados en sangre porque había conseguido escaparse por los pelos de un grupo de skins a los que se había enfrentado para defender a una pareja de negros. Salía una tía superfamosa en la tele y aseguraba que cuando estaba haciendo la mili en Burgos se la había follado bien follada. Salía una tia buena del servicio y nos decía que al pasar a su lado iba a volver la cara porque estaba casada y el otro día se la había follado bien follada. Nos enseñaba la cicatriz de la apendicitis y nos aseguraba que era el recuerdo de un encuentro con un jabalí. Nos aseguraba que su padre tenía también una herida en el vientre de ¡550 puntos! causada por el mismo jabalí y que se había salvado gracias a su ayuda, cuando tenía 14 años (no os voy a aburrir con el estúpido relato de lo que, según él , ocurrió). Ya de niño nos contaba que había descubierto en una cueva la espada del Capitán trueno; ya de mayor, que se levantaba a las 12 del mediodía y a las 12 y cuarto ya se había gastado 6000 pesetas. Pues a mí, cuando no había nadie más (no humilles a nadie públicamente), me gustaba presionarlo para que descubriera sus mentiras y , según íbamos llegando al punto en que no había salida, su mirada se escapaba hacia los lados unas veces, se fijaba en un punto dentro de su cabeza otras, volviéndose opaca, como si estuviera haciendo un ejercicio de introspección para construir una verdad de una mentira o una mentira de una verdad extrayendo el material de lo más recóndito de su imaginación y, finalmente, si se veía atrapado, conseguía desviar la conversación hacía algo que le preocupaba de fulanito o menganita, que le parecía que no eran gente de fiar y que mira lo que habían dicho el otro día... Era un mentiroso muy refinado, que defendía sus trolas demenciales con una convicción asombrosa, eso hay que reconocerlo, y esa es la coreografía de sutiles gestos de mentiroso que reconocí hace unos días en el señor Lastra cuando mostraba su apoyo al nuevo director del museo de Grandas de Salime y a los verdaderos artífices de este y su indiferencia a Pepe el Ferreiro, o en la ministra de economía Elena Salgado(de una manera espectacular, buscad el video) cuando en la entrevista en Antena3 Matías Prats le preguntaba por el fin de la crisis. Tanto uno como otra me recordaron a Agustín el fantasma , que ahora es, con su verdadero nombre, concejal de cultura en algún sitio.
En la imagen, Un cavador. Una profesión extinguida y honrada. Como la de ferreiro .
Apoyo a Pepe el Ferreiro. Otra vez.

viernes, 12 de febrero de 2010

EL CARTEL DE LOS PERROS, UNA PEQUEÑA BATALLA PERDIDA


-Perdone señorita- le dije a la cajera del super- no termino de entender a quien va dirigido ese cartel de la puerta, el de los perros
El cartel es ese que veis ahí arriba, y está en las puertas de los supermercados Alimerka.
La señorita cajera me miró como si yo fuera subnormal y me dijo que estaba prohibida la entrada a perros.
-Sí, pero dice que está prohibida la entrada incluso cuando vengan acompañados de sus dueños.
-Ya, es que hay gente que quiere entrar con los perros a hacer sus compras.
-Claro, claro. Pero si no vienen acompañados de sus dueños, tienen que saber leer para entender que no pueden entrar.
-No sé qué me quiere decir, hay gente esperando.
La cajera se estaba poniendo nerviosa y hacía gestos con las cejas a una compañera como si yo estuviera loco, lo cual me irritó aún más.
-Vaya, ¿qué pasa, que vas a llamar a seguridad?
-Eh…no…estoy trabajando, si no le importa
-¿Piensas que no he visto como movías las cejas en dirección a tu compañera?
Ahora sí se estaba poniendo nerviosa.
- Pero vamos a ver , ¿usted qué es lo que quiere?
- Solo quiero que alguien reconozca que ese cartel presupone que los perros van a intentar entrar solos al super y que la lectura del mismo les va a hacer recapacitar. Así mismo, les advierte de que el hecho de venir acompañados de un dueño no les da derecho a entrar-,dije
Alguien dijo que tenía prisa en voz bajita, quizás con algo de miedo, por ahí atrás, en la cola de la caja.
La señorita cajera siguió pasando los productos del siguiente cliente sin mirarme. Ahora sí que me estaba jodiendo.
-¿Qué pasa, que ahora me vas a ignorar? ¿es así como solucionáis los problemas en esta empresa? Yo solo intento hacerte ver que ese cartel de los perros ha sido creado por una persona semi-analfabeta o por un gran bromista. No me puedo creer que nadie se haya dado cuenta hasta ahora.- ni puto caso. Hay un rumor de nerviosismo pero nadie se atreve a abrir la boca.
- Quiero ver al encargado- digo.- No pienso dejar que la ignorancia campe a sus anchas por las puertas de los supermercados que frecuento. Los perros no saben leer y nadie me va a convencer de lo contrario.
Finalmente, viene una señorita muy amable vestida de otra manera y me explica que están esperando los carteles nuevos, que ya se han dado cuenta del error y que los van cambiar esa misma noche y que muchas gracias. Me voy, envanecido después de mi pequeña batalla ganada.
Pero esto sí que no os lo vais a creer: A la semana siguiente vuelvo por allí y ¿qué pensáis que hay pegado en la puerta? ¡El mismo cartel! No me lo puedo creer. Entro en el local rojo de ira.
- ¡¡Quiero ver a la encargada!!
Llaman a seguridad (¿seguridad en un puto super de barrio?). Ya en la puerta y antes de que esta se cierre a mi espalda, con los gorilas mirándome estupefactos, alcanzo a gritar
“¡¡Esto es un insulto a mi inteligencia, nos veremos en los tribunales!!”

miércoles, 10 de febrero de 2010

PEPE EL FERREIRO EN FEISBUK, otra vez


Pues claro que no. Los 8000 añadidos al grupo de apoyo a Pepe el Ferreiro no están cabreados, seguro que 2000 o 3000 o 50 personas de las que figuran son figurantes y no son Asturianos ni de Grandas de Salime ni les interesa la Etnografía. Algunos siguieron la sugerencia del amigo del amigo de un amigo al que conocieron en una comunión y lo añadieron para engrosar su feisbuk:
“Hola, soy la del año pasado en la comunión de Mauro, que estaba sentada a tu lado. Te añado”
“joder , si solo le pedí fuego y le pregunté qué tal estaba la carne”
Pero la cosa es que son 8000 personas metidas en un grupo cuyo lema no sugiere drama ni habla de víctimas de sangre ni de catástrofes naturales ni de malos tratos ni delitos impunes. “Apoyo a Pepe el Ferreiro” suena casi a chascarrillo de pueblo. Por eso algunos de mis contactos desconocidos de feisbuk me han mandado algún mensajito preguntándome más cosas sobre el tema, que les parece sobredimensionado. Les contesto que entren y lean detenidamente los enlaces y juzguen y que, en mi opinión, el suceso atrae a mucha gente por que es esperpéntico; provoca desconcierto la situación imprevista provocada por cuatro paletos del PSOE que se van a salir con la suya a pesar de estar haciendo el ridículo públicamente y delante de las cámaras, en los medios locales, y ante colectivos culturales de todo el país. Es que nos han servido en bandeja el esquema por el que se rigen sus actos : “yo meto la pata hasta donde me sale de los cojones y no estoy dispuesto a sacarla”.
Podéis escribir “Pepe el Ferreiro” en gugle. Ya veréis cuantas cosas. En la imagen, un manegueiro, que es una profesión honrada igual que la de ferreiro.

lunes, 8 de febrero de 2010

EL ÚLTIMO TEOREMA DE FERMAT

Alfonsito y yo no contábamos porque cuando estamos borrachos parecemos subnormales y somos demasiado bajitos, calvos y feos incluso cuando estamos sobrios; pero los otros dos, Oscar y como se llamara el rufián ese que se las sabía todas, se estaban arreglando bastante bien con aquellas palurdas de piernas kilométricas y hombros anchos rematados por dos pequeñas cabecitas con unas frentes estrechísimas y algo analfabeto en la mirada. Yo ya estaba servido en cuanto a sexo porque había follado el año pasado con dos chicas más jóvenes que yo y como soy de ciencias no necesitaba mucho más para sobrevivir. El mundo de los números y las bajas pasiones son incompatibles para mí. Ya lo eran en el instituto cuando no dejé que me la chupara una chica porque sacaba cero en matemáticas. ¿Cómo se puede sacar cero en matemáticas y pretender chupársela a un tío cuyas notas superaban el nueve en la mayoría de los casos? Pensaréis que soy un tikismikis, pero tened en cuenta que a una persona que os ha chupado la polla gratuitamente no le podéis negar después una conversación, y yo soy un caballero (¿y de qué podía hablar una chica que sacaba cero en matemáticas?)
El caso es que Alfonsito se emborrachaba porque sus complejos eran tan obvios que espantaban a cualquier mujer que se acercara lo suficiente y yo me emborrachaba para poder tratar con todos los subnormales que nos rodeaban sin que sospecharan lo que pensaba de ellos. Cuando estás borracho y bien borracho puedes entusiasmarte con lo amigo que eres de otra persona que en realidad te es antipática y meterte en el papel con absoluta naturalidad. Puedes follar con cualquier tarada sin ningún complejo y al día siguiente meter las narices en el último teorema de Fermat sin temor a que se produzca una especie de osmosis entre una situación y la otra. Sobrio a las matemáticas y borracho a las relaciones humanas, ese es el dogma que dirige mi vida. Pensaréis que la resaca supone un problema a la hora de enfrentarse a los números y no estáis equivocados, pero mis estudiados ritos matutinos son capaces de invertir el proceso y convertir el dolor en números y ecuaciones haciendo que el estado físico se diluya como el significado de una palabra que repites 50 o 1000 veces. ¿Habéis probado a repetir una palabra tan habitual como cuchara durante diez minutos? Bien, probad y habréis dado el primer paso hacía la felicidad, porque ahí está el remedio de todas vuestras angustias. Solo tenéis que desarrollar esa idea. Pero se me ha ido el santo al cielo. Estábamos con Oscar y aquel rufián que manejaba mucho dinero pero nunca lo tenía.
-Yo puedo detectar si una mujer tiene la regla con solo olfatearla- dijo el rufián, haciendo reír a las palurdas mientras olfateaba el aire que las rodeaba.
Cuando se fueron con las chicas me quedé mirando a Alfonsito, que estaba colorado como un centollo y sonreía con la boca abierta y los ojos medio cerrados y luego a la camarera hirsuta del otro lado de la barra, que tenía la lengua afuera mientras se concentraba en secar los vasos. “Me cago en el último teorema de Fermat”, pensé.

sábado, 6 de febrero de 2010

TIERNA PREADOLESCENCIA. AQUELLAS PRIMERAS PAJAS

Si os digo que este texto apareció en una vieja casa de alquiler, en el diario que un jovencito dejó olvidado, probablemente no os lo creeréis, y probablemente hagáis bien... O no:
"La de la panadería esta muy buena pero pasa de mí como de la mierda porque yo tengo solo 12 años y ella 17. Los otros dicen que está gorda pero a mí me gusta porque tiene hoyuelos, la piel blanca y unos rubores en las mejillas que me hacen pensar que en las nalgas tendrá otros iguales. Da igual que esté un poco rellenita porque tiene unas tetas enormes y un culo que parece artificial. Mi amigo Ricardo tiene 13 años y muchas ganas de oler sus bragas, igual que yo. El es vecino mío y vive en el cuarto piso y nos hicimos amigos porque siempre nos pillábamos asomados en el patio de luces mirando con deseo las bragas de la panadera o a la panadera con la colada, en el tendal del 3º (él tenía mejor vista que yo, que vivo en el 2º). Ricardo dice que él ya se corre con leche y todo pero a mí solo me sale agüilla. Un día decidimos urdir un plan para robar las bragas del tendal. El colgaría una cuerda con un peso que balancearía hasta que yo pudiera hacerme con él. Yo, desde mi posición, podría arrojar el peso (que previamente habría atado a otra larga cuerda) hacia arriba de manera que se enredara en la braga y quedara colgando. Luego estarían las bragas a merced de nuestras cuerdas, que tensaríamos hasta atrapar la pieza y después…Joder, era un plan tan estúpido como complicado.
El caso es que no fue necesario porque Ricardo estuvo con su madre en casa de la panadera, que le había vendido un armario, y aprovechó para robar unas bragas usadas durante una visita al servicio. ¡Unas bragas usadas! Eso superaba con mucho nuestras expectativas. La idea era turnarnos, él las tendría una semana y yo otra. Vale, hasta aquí bien, él las había conseguido así que era justo que las tuviera primero. Esperé impaciente a que llegara mi turno (¡ni siquiera me había dejado olerlas todavía!). Pues esto si que no os lo vais a creer: El hijo de puta pretendió colarme unas de su madre cuando me llegó el turno. Eran enormes y de color carne ¿A quién quería engañar? Después de un par de días sin dirigirle la palabra me trajo las buenas. Hicimos el intercambio en el parque, detrás de un camión. Estaban metidas en una bolsita de frutería. Corrí a casa con el trofeo porque a esas horas no había nadie. Me senté en la taza del vater y saqué la joya de su envoltorio. Me lo llevé a la boca y a la nariz, olía fuerte pero supongo que era su olor, porque todavía no he olido ningún coño tan de cerca. Me las metí en la boca enteras. Luego de desahogarme bien, las analicé detenidamente y descubrí unas manchas que me dio por pensar que eran lecherazos de Ricardo. O a lo mejor no. Pero no podía quitarme la idea de la cabeza. Claro, si Ricardo había sido el primero ¿Qué le impedía correrse encima de ellas? ¡Yo hubiera hecho lo mismo! Maldito cabrón. Era como si le hubiera chupado la polla. Ni que decir tiene que me limpié el culo con las bragas y se las pasé envueltas en una bolsita de frutería(esas bolsitas son muy suaves). Bueno, no dijo nada pero adiviné por su sonrisita que estaba pensando: “se de uno que le ha chupado la polla a uno sin saberlo”. Yo no sonreí y puse cara de que había disfrutado mucho porque no quería que adivinara por mi expresión lo que estaba pensando: “se de uno que le va a chupar el culo a uno sin darse cuenta”.
Luego él se echó novia y ya no tratamos más. La novia es fea que te cagas y, cuando la veo besarle, siempre pienso que es como si me estuviera chupando el culo por que él me lo ha chupado a mí de alguna manera.
Pensándolo fríamente, me parece que es casi imposible que Ricardo no se diera cuenta de que las bragas de la panadera tenían restos de mierda, pero a lo mejor le daba igual porque perfectamente podian ser de ella y las siguió oliendo igual.
También tengo la extraña sensación, cuando voy a comprar el pan, de que la panadera me mira como si supiera que he tenido sus bragas en mi boca."
Esta es la historia. Pensad que a veces la realidad supera a la ficción. Si picáis en la imagen hay otra histoira de 4 o 5 páginas que trata de cosas parecidas.

miércoles, 3 de febrero de 2010

OLMO SOLITARIO

Sin comentarios, después de leer esto podéis pasar al anterior, que es reciente y no merece ser pisoteado por esta gilipollez. He pixelizado el número de tlfno, claro.

martes, 2 de febrero de 2010

UNA PUTA CANA

Una puta cana. Por una puta cana me tuvo que joder el día. Yo estaba haciendo los dibujos del manual de seguridad laboral de la mina y ya estaba bastante cabreado por esa razón. Estaba harto de dibujar mineros haciendo cosas bien y haciendo cosas mal, además, la empresa que me hizo el encargo me había pedido que sus caras se parecieran a la del novio de la barbie, algo que iba en contra de mis principios y de mi ética profesional. El caso es que estaba rematando la ceja de una de esas estúpidas caras cuando apareció Sarita con la puta cana en la mano haciendo pucheritos falsos con la boca. Ponía vocecita de mimosa y me decía “mira, estoy vieja, me ha salido una cana”. Ahora se suponía que yo tenía que poner mi voz melosa y decirle “mi amor, si tú siempre tendrás cara de adolescente, con esa hoyuelos y esas pestañitas rizadas de niña”, luego unos mimos, ella seguiría un ratito con los pucheritos y yo no solo no perdería la paciencia sino que después a lo mejor follábamos sobre las caras de los mineros. Pero ya había jodido cuatro bocetos con las plumillas nuevas que no terminaban de coger el punto y estaba de muy mala hostia. “vaya, mientras no te salgan en el coño”, dije.
Yo había tenido una experiencia desagradable a los 17 años con un coño canoso. Resulta que me vi obligado a follar con la madre de un amigo a la que cortaba el pelo a menudo en su casa. Siempre se ponía toda de puta para recibirme y si estaba en bata sacaba aquella patorra y me ponía como una moto. Además me rozaba la polla con el codo cuando me arrimaba para cortarle el pelo y finalmente un día me echo mano al culo cuando me di la vuelta para colocarle el difusor al secador de pelo. La señora no es que fuera nada del otro mundo, pero yo tenía esa edad y andaba siempre caliente. Andaba como un burro en el autobús, fuera del autobús, mientras desayunaba viendo a la guarra esa del aerobic, cuando a Miriam Díaz Aroca se le metían las mayas en el coño en sus programas infantiles, con las fotos del Hola de Carolina de Mónaco, con las fotos del Semana de Isabel Preisler; con los anuncios de cremas adelgazantes del Pronto, con los anuncios de productos de limpieza de la tele. Y en la academia de peluquería. Ahí si que mi polla palpitaba como si tuviera por ahí cerca de la ingle un corazón añadido exclusivamente para bombearle la sangre a ella. Pero vamos a dejar lo de la academia para otra ocasión.
El caso es que cuando me puse a comerle el coño me llevé un disgusto porque estaba llenito de canas y no olía como el de mi novia de 16 años sino como una bolsa de pescado podrido. Vale. Conseguí recomponerme después de sacar la cara de allí, pero la dejé tan insatisfecha que ya nunca volvió a llamarme. Quizás mi amago de arcada la había ofendido.
Pues tanto Sarita como yo sabíamos que ya había canas en su coño aunque no hubiéramos hablado de ello. Yo hacía menos excursiones con mi cara a su entrepierna y apagaba la luz a menudo para follar, así que cuando expresé abiertamente mi opinión sobre las canas en el coño dejó de hacer pucheritos falsos y se calló como un zorro y salió de la habitación sin decir ni mu. ¡Qué clase tenía mi Sarita! Mientras terminaba el dibujo de un minero empujando una caja como no debe hacerse, fui urdiendo un plan para deshacer el entuerto. Tenía que ser algo muy delicado. De la primera frase que saliera de mi boca dependía que Sara recuperara su autoestima o que me odiase durante meses. Así que , más tarde, en la cocina, mientras ella freía las croquetas y yo urgaba en la nevera , dije, así, como quien no quiere la cosa: “¿Pero los coños se tiñen sí o no?
No os voy a contar el final porque no es nada divertido pero os pongo un chiste que no tiene absolutamente nada que ver, para quitaros el mal sabor de boca. Son dos páginas. Picad en la imagen.