Agustín el fantasma siempre contaba cosas increíbles que le habían ocurrido. Nos contaba que corría un día en su moto con la cabeza abierta y los ojos anegados en sangre porque había conseguido escaparse por los pelos de un grupo de skins a los que se había enfrentado para defender a una pareja de negros. Salía una tía superfamosa en la tele y aseguraba que cuando estaba haciendo la mili en Burgos se la había follado bien follada. Salía una tia buena del servicio y nos decía que al pasar a su lado iba a volver la cara porque estaba casada y el otro día se la había follado bien follada. Nos enseñaba la cicatriz de la apendicitis y nos aseguraba que era el recuerdo de un encuentro con un jabalí. Nos aseguraba que su padre tenía también una herida en el vientre de ¡550 puntos! causada por el mismo jabalí y que se había salvado gracias a su ayuda, cuando tenía 14 años (no os voy a aburrir con el estúpido relato de lo que, según él , ocurrió). Ya de niño nos contaba que había descubierto en una cueva la espada del Capitán trueno; ya de mayor, que se levantaba a las 12 del mediodía y a las 12 y cuarto ya se había gastado 6000 pesetas. Pues a mí, cuando no había nadie más (no humilles a nadie públicamente), me gustaba presionarlo para que descubriera sus mentiras y , según íbamos llegando al punto en que no había salida, su mirada se escapaba hacia los lados unas veces, se fijaba en un punto dentro de su cabeza otras, volviéndose opaca, como si estuviera haciendo un ejercicio de introspección para construir una verdad de una mentira o una mentira de una verdad extrayendo el material de lo más recóndito de su imaginación y, finalmente, si se veía atrapado, conseguía desviar la conversación hacía algo que le preocupaba de fulanito o menganita, que le parecía que no eran gente de fiar y que mira lo que habían dicho el otro día... Era un mentiroso muy refinado, que defendía sus trolas demenciales con una convicción asombrosa, eso hay que reconocerlo, y esa es la coreografía de sutiles gestos de mentiroso que reconocí hace unos días en el señor Lastra cuando mostraba su apoyo al nuevo director del museo de Grandas de Salime y a los verdaderos artífices de este y su indiferencia a Pepe el Ferreiro, o en la ministra de economía Elena Salgado(de una manera espectacular, buscad el video) cuando en la entrevista en Antena3 Matías Prats le preguntaba por el fin de la crisis. Tanto uno como otra me recordaron a Agustín el fantasma , que ahora es, con su verdadero nombre, concejal de cultura en algún sitio.
En la imagen, Un cavador. Una profesión extinguida y honrada. Como la de ferreiro .
Apoyo a Pepe el Ferreiro. Otra vez.
En la imagen, Un cavador. Una profesión extinguida y honrada. Como la de ferreiro .
Apoyo a Pepe el Ferreiro. Otra vez.
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