martes, 27 de enero de 2015

Laura (un ejercicio de estilo)



Hacía tiempo que sentía a Roberto ausente. Cuando ella le hablaba, él parecía desenfocar la mirada mientras asentía automáticamente y  pensó que de alguna manera quizá se estaba alejando o que quizá nunca había estado allí. Ya no recordaba cuándo fue la última vez que se rieron juntos, clavados lo ojos de uno en los del otro, iluminados de felicidad.
Apretó una vez más. Ahora sí, ahora la mierda se deslizaba por el ano compacta y suavemente. Contó los segundos que tardaba en salir la pieza. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce, trece, catorce, quince, dieciséis, diecisiete, dieciocho, diecinueve, veinte, veintiuno, veintidós, veintitrés, veinticuatro (¡CONTAD CONMIGO!), veinticinco, veintiséis, veintisiete, veintiocho, veintinueve (¡ESAS PALMAS!), ¡TREINTA, TREINTA Y UNO, TRIENTA Y DOS, JODER, TREINTA Y TRES!
 ¡WAAAAAA, TREINTA y TRES SEGUNDOS DE ZURULLO ININTERRUMPIDO!
Laura no se lo podía creer. Pensó que Roberto se iba a reír con ganas cuando le contara lo que había evacuado de su vientre. Un monstruo de un metro de largo enroscado como una serpiente. Decidió dejarlo y esperar a que volviera del trabajo para enseñárselo, todavía con la esperanza de que sus corazones volvieran a encontrarse.
—¡Qué pena! —pensó—, si lo hubiera sabido hubiera cagado en la moqueta.

lunes, 26 de enero de 2015

Espía internacional



No soy mucho yo de contar sueños, pero este lo voy a contar porque, a pesar de lo raro, fue divertido. 

Estaba en un país enemigo haciendo de espía y para disimular soltaba grandes gargajos a varios metros de distancia y miraba todo el rato de soslayo. Las situaciones eran bastante confusas pero sé que, ya estuviera en la parada de autobús, en la pescadería o en una fiesta, miraba de soslayo y escupía a gran distancia unos gargajos sanguinolentos y lo hacía para disimular. Fue divertidísimo. Nadie se dio cuenta de que estaban ante un peligroso espía.

jueves, 22 de enero de 2015

Nuevo código penal 2015 y pornografía infantil



Parece ser que el nuevo código penal español asume las directrices de la comunidad  europea en lo que a la definición de pornografía infantil se refiere, con lo que los dibujos de menores practicando sexo o que muestren sus genitales, que hasta ahora no entraban en la lista en nuestro código penal, entran en esa categoría en 2015. Una vez redefinida la pornografía infantil, vosotros, coleccionistas de cómics como el Vibora (recordemos el “Pequeñas viciosas” de Monica y Bea-Santiago Segura, si no recuerdo mal, o Ranxerox, Taxista y muchos más) seríais considerados como poseedores de pornografía infantil si un juez lo dictaminase. También es verdad que se explicita que debe tratarse de dibujos realistas, así que si el guión os exige dibujos de menores desnudos o practicando sexo, no sería mala idea utilizar en esas viñetas en concreto un estilo de monigote dibujado por un niño que esquivara la censura, al igual que los japos les meten un parche negro a un coño en el que alguien está introduciendo un paraguas para evitar mostrar genitales y herir sensibilidades( ¿?). El resultado sería inquietante, pero no sería material demandado por pedófilos y pederastas. Al contrario que el manga de los japos, perfectamente capaces de sustituir ese parche en sus mentes por un coño con sus pelitos, los dibujos de trazo infantil turbarían al pervertido y le dejarían el pito del tamaño de un fósforo.


martes, 20 de enero de 2015

Mariano bloquea a Marisa



Al final la tuve que bloquear. Cada vez que intentaba expresarme en MI MURO (repito: MI MURO) y a compartir mis sentimientos con todos esos amigos que tanto cariño me han dado y que tanto me han animado aprobando que me gustasen las tortillas de bacalao o que el sol entrara de mañana en la habitación revelando la existencia de polvo y ácaros juguetones. O que me han compadecido sin dudarlo cuando, por ejemplo, relataba la melancolía que sentía al ver alejarse dos culitos de ninfas adolescentes a los que ya hace años que no tengo acceso pese a que cualquier psicotécnico demostraría que mi edad mental no es superior a la de ellas. Cada vez que todo esto ocurría, digo, siempre estaba Marisa ahí para mofarse y demostrar su superioridad intelectual. Que subía la foto de un chuletón y todo el mundo decía “ñam” o “cómo te vas a poner”, pues ella me humillaba publicando la fuente original de la imagen. Es verdad que lo hago, que siempre bajo fotos de por ahí dando a entender que son delicias que están realmente delante de mí en mi mesa, ¿pero por qué tiene que reventar mis ratitos de fama?
Y lo de los culitos. Pongo la foto de dos culos de patinadoras adolescentes, añadiendo una de mis poesías:
Culo que no has de comer,
déjalo correr
Triste pasado de nalgas pubescentes
De anos dilatados sobre tu nariz
Déjalo correr
Y no mires atrás
Culo santo sin mancillar,
polla vieja y desdichada,
ya no lo podrás tocar.
Y todo el mundo de buen rollo, que jiji que jaja, que vamos pa viejos y ella explicando ahí públicamente que a mí no me tocaban las mujeres ni cuando todavía no sabía hablar, que sí, que es verdad, que había algo en mi mirada que les producía rechazo a todas, mi madre incluida, pero que ese era uno de nuestros secretos de alcoba y me sentí traicionado.
“La persona en la que en estos últimos años he depositado mi confianza ha demostrado no ser digna de estar entre mis amigos de facebook y la he tenido que bloquear. No puedo describir cómo me siento, solo deciros que mi corazón está roto”
Alguien comentó:
“Que acaba de poner tu Marisa en su muro que estabas muy simpático esta mañana cuando saliste del baño con una tira de papel higiénico colgando del culo dos metros por el suelo”
En ese momento supe que nunca me libraría de ella. Noté su lengüecita en mi oreja y le perdoné lo del papel. Para lo de los secretos de alcoba traicionados tendría que agacharse un poco más.

lunes, 12 de enero de 2015

Mariano y el concurso de cuentos



Solo quería demostrar que soy una persona sensible y por eso me presenté al concurso de microcuentos de aquella ONG. El tema era los derechos humanos, la cooperación y el norte y el sur y toda esa mierda así que había que hilar muy fino para no caer en los tópicos de siempre:
“Kuxuku era el menor de 15 hermanos de barrigas hinchadas y moscas en los ojos”, tecleé.
“Xapochaka era la mayor de 10 hermanos a los que cuidaba con dedicación”, escribí.
Se me ocurrió que había que darle un punto de vista original a la historia.
“Cuando trabajaba de cooperante en Payasos sin fronteras me follé a Kapooka, la madre de Kuxuku, el menor de 15 hermanos de barrigas hinchadas y ojos llenos de moscas. Le di un saco de grano y bien contenta que se puso. Luego me echaron de la ONG por robar dinero destinado a comprar narices rojas y zapatones y un par de años más tarde un antiguo compañero me contó que Kapooka había sido madre de un hijo café con leche susceptible de ser mío. Estuve unos días renegando de mí y sintiéndome mezquino por tener un hijo en algún lugar de África, pero finalmente comprendí que de alguna manera el hecho de que mis genes anduvieran por allí pasando hambre y sufriendo era una manera de expresar mi solidaridad con los más desfavorecidos”
Me había quedado bonito y se lo enseñé a mi Marisa antes de cenar.
—¿Qué? —le pregunté, ansioso.
—¿Café con leche?
—Eh, no, que luego no duermo.
—¿Un hijo café con leche?
—Puedo cambiarlo. ¿Y lo demás qué te parece?
No contestó e hizo ese expresivo gesto que significa que he hecho algo malo y que nunca me explicará qué es porque casi seguro que no lo entendería.