Seguro que todos los que sabéis que soy peluquero de caballeros os habéis preguntado alguna vez por qué no me inspiro en mi profesión, ¿qué es lo que ocurre en la peluquería de un payaso que se dedica a hacer chistes escatológicos en su tiempo libre? ¿habla de fútbol y política con sus señores clientes? ¿Se puede alguien divertir en una peluquería de caballeros?. Pues aquí está la respuesta, este número contiene historias reales como la vida misma, aderezadas algunas con mis pequeños excesos, pero con el mismo fondo.
Pero no nos engañemos, la vida real supera a la ficción aunque a veces la supera en tanto que hay que recortarla para hacerla creible. Las cosas mas extravagantes que han sucedido en mi vida laboral no han pasado la criba y las he tenido que guardar en un rinconcito de mi cerebro hasta que sepa que hacer con ellas. Picad en la imagen.
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