Putas mutuas y casas de putas

-Buenas tardes
-...
-¿Quiere que vuelva en otro momento si está muy ocupado ahora?- le digo al tipo solitario que trabaja en uno de los ordenadores de las oficinas casi vacías de la mutua.
-Dime-dice, sin quitar los ojos de la pantalla del ordenador
- Buenas tardes
- Sí, sí, dime, te estoy escuchando- (sin quitar los ojos de la pantalla del ordenador)
-Buenas tardes
-Buenas tardes hombre, buenas tardes..dime- dice ahora con la vena del cuello hinchada y mucha impaciencia
- Verá, es que no puedo hablar con alguien que esta haciendo otra cosa mientras me atiende, necesito toda su atención para hacer mis gestiones.
Por fin deja todo lo que está haciendo y se acerca al mostrador sorteando mesas y ordenadores vacíos. Se me queda mirando con los ojos saltones muy abiertos, intentando caricaturizar la idea que tiene de prestarme "toda su atención".
-¿Qué se le ofrece al caballero?
Me quedo un rato imitando su cara, palpo en el bolsillo los partes de baja que había venido a entregar. Finalmente digo:
- Pues quería dos entradas para ver a Faemino y Cansado, entre las primeras cuatro filas, me da igual qué función mientras no sea el Viernes.
- No, pero esto es una mutua, aquí no...
- Vaya, me habían dicho que era aquí...¿puedo usar el servicio?
- Si...al fondo a la derecha...
En el servicio cojo todo el papel de secar las manos y atasco bien atascado el vater, luego suelto una mierda como mis intestinos de larga y tiro de la cadena.Como el agua no ha rebosado espero a que se llene la cisterna y vuelvo a tirar de la cadena. Ahí está; la mierda se sale.
- Gracias, hasta luego, me parece que a la cisterna le pasa algo...

Ya entregaré el parte por la mañana, cuando están las tías buenas.
En la imagen, una historia sobre casas de putas, de cinco páginas.