Ya está en el horno el nuevo número de los sapos ciegos con historias inéditas, 40 páginas en color y 28 en bn, una bonita portada a sangre, prólogo de
Xavier Águeda (Listocomics.com) y todo mi cariño en su factura. Tiene dibujos post-ictus ambidiestros y además el mérito de editarlo a pesar de la puta mierda que nos pagan por estar de baja a los autónomos, que si no tuviera familia me pasaría todo el puto día agarrapatando a los indignados de la plaza y robándoles los chetos a los niños en el autobús. O espantándo a las palomas para comerme sus migas y robando los pinchos que se dejan los clientes en las terrazas, todo ello debidamente disfrazado con mi nariz postiza y mi sombrero de copa amarillo...pero divago, que no hace falta que lo compréis por pena, que esta semana he conseguido cenar casi todos los días. Con una lata de gasolina me iba yo a a hacer una visita a las putas mutuas, a las oficinas de la seguridad social y la administración de hacienda... pero divago, que tampoco quiero que penseis que estoy resentido con los funcionarios y sus hociosas vidas agusanadas ya que yo haría lo mismo que ellos si también tuviera la personalidad de una porción de gelatina con sabor a gaseosa...pero divago. Os dejo con un chistecico de 7 páginas que no va a salir en papel. Picad en la imagen de abajo.
No me hagáis mucho caso. Soy malo.
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