Para restaurar el tono habitual del blog, interrumpido con el bonito experimento interactivo del post anterior, recupero aquí uno de mis chistes más antiguos, del 93 o por ahí. Leyéndolo desde la sabiduría que da el tiempo y la distancia, veo que las cosas no han cambiado mucho. Espero que nadie intente hacer un retrato psicológico del autor, como a la niña del post anterior, basándose en esta tira. O mejor sí, que lo haga. ¿Creéis que las creaciones de ficción nos dan información fidedigna sobre la personalidad de sus autores, en base al comportamiento de sus personajes protagonistas? Recuerdo que por aquellas fechas algunos amigos calificaban de semi-autobiográficos algunos de mis cómics, o me decían que expresaban mis odios y cosas así, lo cual me hacía analizar aterrado mi imagen en el espejo, intentando reconocer al monstruo. Siempre me pregunto que hubiera ocurrido si el libro de relatos “Todas Putas” de Hernán Migoya, hubiera sido escrito por una mujer o por un tetrapléjico o, mejor aún, por una mujer tetrapléjica y lesbiana ¿Estaría ahora retirado del mercado, como es el caso? Y, hablando de parálisis, ese humorista (no recuerdo como se llama) con parálisis cerebral(creo) que hace sus monólogos crueles sobre su discapacidad desde su silla de ruedas, intentó en primer lugar hacer que un actor profesional y sin taras interpretara sus textos, el actor los rechazó educadamente advirtiéndole que si no eres paralítico no es buen negocio hacer chistes sobre paralíticos porque probablemente te caería encima una lluvia de denuncias y de impopularidad. Así, una víctima de un acto terrorista cuyos miembros hubieran sido amputados en el atentado, podría escribir un libro de chistes sobre el tema sin que nadie se atreviera a chistarle y probablemente sería aplaudida por su coraje y templanza. O una mujer con el rostro desfigurado por el acido que le arrojó el marido despechado sería muy bien recibida si saliera a escena e hiciera hilarantes relatos sobre la impresión que produce su presencia en, por ejemplo, el salón de belleza.
Pero divago. ¿De que estábamos hablando?
Picad en la imagen.
2 comentarios:
Esta claro que si uno se ríe de su propia desgracia, la gente se lo toma como un arma de defensa para hacer frente a su terrible situación, en cambio, si uno se ríe del mal ajeno (sin saber a ciencia cierta lo que supone) el resto lo tomará por un mostruo desalmado.
Sobre los artistas y sus frustraciones, a veces pienso que nos esforzamos demasiado en buscar tres pies al gato. Cada persona es única e irrepetible y por eso la piscologia encuentra tantas dificultades a la hora de establecer relaciones de causa y efecto.
De acuerdo. Yo creo que la psicología es una pseudociencia en pañales y con muchas pretensiones.
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