¿Conocen ustedes esa sensación de felicidad irracional que te pilla de sorpresa un día cualquiera por la mañana y te hace abrir la ventana que da al patio de luces y dar un alarido seguido de unas risas infrahumanas, solo por el placer de comprobar cómo es la resonancia en tu propio patio de luces?¿No? Bien, mejor así porque los vecinos llamarón a la policía cuando solo llevaba media hora practicando las resonancias a pesar de que ya eran las 8 de la mañana pasadas. La gente es que no sabe vivir. Le expliqué al señor agente que estaba comprobando la resonancia en el patio de luces para un estudio de importancia vital y que esa mañana era inexplicablemente feliz; le miré a los ojos con una mirada franca y le deseé que él también lo fuera durante todos los días de su vida.
-No les guardo rencor a mis vecinos y puede decirles que estén tranquilos porque tengo la motosierra estropeada, pero que me apena profundamente que no sepan disfrutar de las cosas pequeñas que la vida pone a nuestro alcance-, le dije al señor agente.
- ¿No está su tutor en casa, o quien se ocupe de usted habitualmente?
Ante mi respuesta negativa meneó la cabeza y cogió y se fue, recomendándome antes que dejara de chillar por la ventana y que tomara mi medicación o llamara a alguien. Me asomé al patio de luces otra vez y vi tres o cuatro cabezas cobardes que desaparecían en los huecos de las ventanas. Pensé que el mundo era más ancho que mi patio de luces y decidí salir a la calle a compartir mi felicidad con la humanidad; a poner mi granito de arena en la montaña de los buenos sentimientos que algunas personas de buena voluntad nos empeñamos en levantar en medio del árido desierto del odio y la indiferencia. Me subí al primer autobús que pasó, cargado de buenos deseos y ansioso de ayudar al desvalido, que siempre será más productivo que chillarle al patio de luces. En el asiento de al lado pude ver por el rabillo del ojo a una niña fea como una mochila cargada de mortadela, y, aunque no me atrevía a mirarla abiertamente porque temía que ella notara repulsión en mi mirada, no pude evitar dejarle caer unas palabras de ánimo, con mi vista concentrada en la nuca del calvo que estaba sentado delante de mí:
- Hija, no sé quién eres ni cómo te llamas pero sé que todos los días cuando te levantas te miras al espejo y te preguntas si alguien querrá metértela algún día y la repuesta es sí. Crecerás y te harás una mujer y siempre habrá algún tarado que quiera metértela hasta la garganta, no lo dudes.
Después de un rato sin recibir respuesta caí en la cuenta de que realmente se trataba de una mochila y no de una niña, aunque no podría asegurar que estuviera llena de mortadela.
3 comentarios:
Yo por el patio de luces tengo la manía de colgar la ropa a secar sin centrifugar por la lavadora. La cosa degeneró en juicio. El caso es que no es obligatorio centrifugar la ropa, es legal según la normativa vigente.
El tendal se hundió varias veces por el peso, y arrastró todo lo que se llevaba por delante, vivo en un octavo, es decir seis tendales- el del bajo no lo cuento-.
También gané el juicio, por lo visto, no hay nada especificado ni legislado sobre lo que tiene que aguantar un tendal.
Yo lo que suelo hacer mucho es hacer (valga la redundancia) que follo, a toda pastilla.
Y eso tampoco gusta.
Me denunciaron, y por lo visto es legal.
Si quieres te doy el número de mi abogado.
PD. Es indudable que las feas se corren con más frecuencia.
Un saludo.
Eh,
claro que me ha pasado, y muchas veces, pero a mí me daba por cantar...en la noche emitía alaridos! me tiraban cubos de agua que, por supuesto, le caían al de más atrás xD.
Aunque con el tiempo me he "tuneado", que remedio...la panza y esas cosas de la vida....jejeej
Venga, que me encantan tus dibujos y , para mi sorpresa -no me lo esperaba-, tus textos también!!
Un saludo y vuelvo fijo
Joder Kenit , me dejas de piedra, eso de los tendales no es un acto de felicidad sino ganas de joder a los vecinos. Lo de hacer que follas supongo que te refieres a sacudir la cama y hacer gemidos de hombre y de mujer simultaneamente, ya me diras cómo se hace-
Eva,siempre digo que no sé por qué me gustan más la ilustradoras que los ilustradores casi siempre.Cubriría una pared con tus dibujos.
Publicar un comentario