-¿Y vienes mucho por aquí?- Ni me miró
-No hay mucha marcha en este sitio, no es guay-, insistí
Sí, estaba resucitando mi jerga juvenil para comenzar mis vacaciones sin Marisa.
- A mi me mola más la zona del puerto ¿ y a ti?
Nada
-¿Por qué no nos vamos de aquí y nos enrollamos por ahí a quemar la noche?
Lo de quemar la noche no recuerdo en que película lo vi.
- Pues porque son las cuatro de la tarde, llevas chándal y zapatillas, vas borracho y estás en la charcutería.
Bah, no lo recuerdo bien, puede que ni siquiera estuviera buena; puede que ni siquiera fuera joven. Mi Marisa es una fuente inagotable de equilibrio y sin ella estaba más perdido que nunca.
En la imágen, página 1 de 3.
En la imágen, página 1 de 3.
No hay comentarios:
Publicar un comentario