sábado, 6 de febrero de 2010

TIERNA PREADOLESCENCIA. AQUELLAS PRIMERAS PAJAS

Si os digo que este texto apareció en una vieja casa de alquiler, en el diario que un jovencito dejó olvidado, probablemente no os lo creeréis, y probablemente hagáis bien... O no:
"La de la panadería esta muy buena pero pasa de mí como de la mierda porque yo tengo solo 12 años y ella 17. Los otros dicen que está gorda pero a mí me gusta porque tiene hoyuelos, la piel blanca y unos rubores en las mejillas que me hacen pensar que en las nalgas tendrá otros iguales. Da igual que esté un poco rellenita porque tiene unas tetas enormes y un culo que parece artificial. Mi amigo Ricardo tiene 13 años y muchas ganas de oler sus bragas, igual que yo. El es vecino mío y vive en el cuarto piso y nos hicimos amigos porque siempre nos pillábamos asomados en el patio de luces mirando con deseo las bragas de la panadera o a la panadera con la colada, en el tendal del 3º (él tenía mejor vista que yo, que vivo en el 2º). Ricardo dice que él ya se corre con leche y todo pero a mí solo me sale agüilla. Un día decidimos urdir un plan para robar las bragas del tendal. El colgaría una cuerda con un peso que balancearía hasta que yo pudiera hacerme con él. Yo, desde mi posición, podría arrojar el peso (que previamente habría atado a otra larga cuerda) hacia arriba de manera que se enredara en la braga y quedara colgando. Luego estarían las bragas a merced de nuestras cuerdas, que tensaríamos hasta atrapar la pieza y después…Joder, era un plan tan estúpido como complicado.
El caso es que no fue necesario porque Ricardo estuvo con su madre en casa de la panadera, que le había vendido un armario, y aprovechó para robar unas bragas usadas durante una visita al servicio. ¡Unas bragas usadas! Eso superaba con mucho nuestras expectativas. La idea era turnarnos, él las tendría una semana y yo otra. Vale, hasta aquí bien, él las había conseguido así que era justo que las tuviera primero. Esperé impaciente a que llegara mi turno (¡ni siquiera me había dejado olerlas todavía!). Pues esto si que no os lo vais a creer: El hijo de puta pretendió colarme unas de su madre cuando me llegó el turno. Eran enormes y de color carne ¿A quién quería engañar? Después de un par de días sin dirigirle la palabra me trajo las buenas. Hicimos el intercambio en el parque, detrás de un camión. Estaban metidas en una bolsita de frutería. Corrí a casa con el trofeo porque a esas horas no había nadie. Me senté en la taza del vater y saqué la joya de su envoltorio. Me lo llevé a la boca y a la nariz, olía fuerte pero supongo que era su olor, porque todavía no he olido ningún coño tan de cerca. Me las metí en la boca enteras. Luego de desahogarme bien, las analicé detenidamente y descubrí unas manchas que me dio por pensar que eran lecherazos de Ricardo. O a lo mejor no. Pero no podía quitarme la idea de la cabeza. Claro, si Ricardo había sido el primero ¿Qué le impedía correrse encima de ellas? ¡Yo hubiera hecho lo mismo! Maldito cabrón. Era como si le hubiera chupado la polla. Ni que decir tiene que me limpié el culo con las bragas y se las pasé envueltas en una bolsita de frutería(esas bolsitas son muy suaves). Bueno, no dijo nada pero adiviné por su sonrisita que estaba pensando: “se de uno que le ha chupado la polla a uno sin saberlo”. Yo no sonreí y puse cara de que había disfrutado mucho porque no quería que adivinara por mi expresión lo que estaba pensando: “se de uno que le va a chupar el culo a uno sin darse cuenta”.
Luego él se echó novia y ya no tratamos más. La novia es fea que te cagas y, cuando la veo besarle, siempre pienso que es como si me estuviera chupando el culo por que él me lo ha chupado a mí de alguna manera.
Pensándolo fríamente, me parece que es casi imposible que Ricardo no se diera cuenta de que las bragas de la panadera tenían restos de mierda, pero a lo mejor le daba igual porque perfectamente podian ser de ella y las siguió oliendo igual.
También tengo la extraña sensación, cuando voy a comprar el pan, de que la panadera me mira como si supiera que he tenido sus bragas en mi boca."
Esta es la historia. Pensad que a veces la realidad supera a la ficción. Si picáis en la imagen hay otra histoira de 4 o 5 páginas que trata de cosas parecidas.

5 comentarios:

Thornton dijo...

Un amigo mío, cuando la asistenta llegaba y se cambiaba, se metía al baño donde ella había dejado su ropa y la olía mientras se relajaba. El que esté limpio de pecado...
Un abrazo.

javiguerrero dijo...

No recuerdo como se llama la peli, a lo mejor tú lo sabes, en la que un adolescente olía la silla de la profesora, que estaba muy buena. Creo que era francesa (a los franceses les gustan mucho hacer pelis de iniciación adolescente). Cuando no hay acceso directo al sexo parece que tiramos de nuestros instintos animales y recuperamos el sentido del olfato.¡como nos gustaría ir por ahí oliendo las entrepiernas de las chicas!...snif...esta no me gusta...sniff...esta sí.

Thornton dijo...

Un amigo mío que era muy de ir a misa, hizo la promesa de no masturbarse en toda la cuaresma. ¡Cuarenta días! Cuando llevaba un par de semanas no era persona, no aguantaba más. Se le ocurrió que si lo hacía de forma distinta a la tradicional no faltaría a su promesa. Dicho y hecho, la frotaba como hacían los índios para hacer fuego con un palo. Dios contento y él más. ¡La imaginación al poder!

Dirty Clothes dijo...

Y así los dos quedaron en paz... Pobre braga, cuanto fluido ajeno que lleva entre sus telas... ;P

dirty saludos¡¡¡¡¡

Anónimo dijo...

de niño lo hacia con las de mi madrasta, luego de espiarla cuando tenia sexo.Ahora ya abuelo cuando mi nieta de 19 años deja las suyas en el cuarto de ducha suelo frotarme en ellas y masturbarme.