El maño siempre contaba chistes de maños cuando estaba curda y se hacían corrillos a su alrededor porque el acento maño es muy cómico para los que no lo somos. Cuando no tenía espectadores se ponía serio y a algunos allegados nos mostraba al artista que se escondía tras el payaso. Afirmaba ser el doblador de Al Pacino en “ Esencia de mujer” y aseguraba que el doblador habitual se había puesto enfermo y uno de la productora se fijó en él en un bar. Habían trabajado mucho para pulir su dicción y evitar acentos locales pero el resultado estaba a la vista. Normalmente lo mandábamos a la mierda, pero la primera vez que me lo contó decidí hacerme el tonto y pedirle que me hiciera una demostración. Se sabía todo el monólogo en que Al- coronel ciego- Pacino defendía a Cris O´Donell en el tribunal escolar. Cerré los ojos para escuchar porque la cara del maño no daba para imaginarse a la del actor. Vale. Se veía que en sus borracheras solitarias se había dedicado a aprenderse el monólogo y lo recitaba con soltura y cierta semejanza en algunos tics del doblador original, pero, sorprendentemente, me recordaba más a Rambo que a Pacino ( creo que el mismo doblador ha coincidido con ambos actores). Lo que más le gustaba era la parte en que decía “Todavía estoy calentando motores” y no sé qué hostias del alma incorruptible o algo así. En ese momento, a veces se emocionaba y se le empañaban los ojos porque estaba muy borracho y lo sentía todo muy intensamente.
Un día quedé por teléfono con una gallega a la que había conocido borracho y de la que solo recordaba que era más joven que yo y que olía bien. Mi mente la había dibujado como una preciosa morena de ojos verdes. Cuando la vi me disgusté porque tenía los ojos demasiado separados de la nariz y alguna imperfección en la piel de la frente; tenía la fea costumbre de hablar a veces enseñando los dientes y sin separar casi los de arriba de los de abajo, lo que me hacía pensar en que alguien a quien admiraba en su pueblo hablaba así (no sé, la hija del alcalde o una concejala) y ella había cogido esa costumbre a base de imitarla; también le hacía muchísimas preguntas estúpidas al camarero sobre los ingredientes de la comida y pidió que le cambiaran el cenicero porque había un hueso de aceituna que no era nuestro. Luego me sometió a un interrogatorio como si estuviera catalogándome como posible marido y durante los postres me habló del amor y sus trágicas consecuencias con un apasionamiento que me puso los huevos de corbata. Sí. Me habló de amor con mucho sentimiento enseñándome la dentadura apenas abierta mientras lo hacía. Creo que no era bebedora habitual y me había pasado llenando su vaso de tinto una y otra vez al mismo ritmo que el mío. Luego nos fuimos a un pub que yo frecuentaba y parecía que se iba a poner mimosa cuando apareció el maño. Mostré una alegría poco habitual al verle y le invité a que se uniera a nosotros. El maño se parecía físicamente a mí pero con la cabeza más grande y plebeya y algo más de tripa, pero él solía mirarme como si yo me pareciera a él pero con la cabeza más grande y plebeya y algo más de tripa. Como había una chica se puso seductor y enseguida le piqué para que nos hablara de sus dotes de doblador de actores. Le pedí a la chica que cerrara los ojos mientras él recitaba el monólogo. Ella estaba borracha y a veces emitía chilliditos y gritaba : “ ¡Es Al Pacino, lo estoy viendo!” , mientras yo me iba desplazando serpentinamente hacia la puerta de salida. “¡…El alma de este chico no está en venta…!, le oí gritar al maño, antes de largarme de allí como la puta rata que soy.
¡Pues esta sí que es buena!: Esto sucedió hace 5 años y hace una semana me comunicó vía Facebook que se había casado con la gallega y esperaban un hijo. Enhorabuena mañico, y no te delates en mi facebook que yo no pienso descubrirte.
Un día quedé por teléfono con una gallega a la que había conocido borracho y de la que solo recordaba que era más joven que yo y que olía bien. Mi mente la había dibujado como una preciosa morena de ojos verdes. Cuando la vi me disgusté porque tenía los ojos demasiado separados de la nariz y alguna imperfección en la piel de la frente; tenía la fea costumbre de hablar a veces enseñando los dientes y sin separar casi los de arriba de los de abajo, lo que me hacía pensar en que alguien a quien admiraba en su pueblo hablaba así (no sé, la hija del alcalde o una concejala) y ella había cogido esa costumbre a base de imitarla; también le hacía muchísimas preguntas estúpidas al camarero sobre los ingredientes de la comida y pidió que le cambiaran el cenicero porque había un hueso de aceituna que no era nuestro. Luego me sometió a un interrogatorio como si estuviera catalogándome como posible marido y durante los postres me habló del amor y sus trágicas consecuencias con un apasionamiento que me puso los huevos de corbata. Sí. Me habló de amor con mucho sentimiento enseñándome la dentadura apenas abierta mientras lo hacía. Creo que no era bebedora habitual y me había pasado llenando su vaso de tinto una y otra vez al mismo ritmo que el mío. Luego nos fuimos a un pub que yo frecuentaba y parecía que se iba a poner mimosa cuando apareció el maño. Mostré una alegría poco habitual al verle y le invité a que se uniera a nosotros. El maño se parecía físicamente a mí pero con la cabeza más grande y plebeya y algo más de tripa, pero él solía mirarme como si yo me pareciera a él pero con la cabeza más grande y plebeya y algo más de tripa. Como había una chica se puso seductor y enseguida le piqué para que nos hablara de sus dotes de doblador de actores. Le pedí a la chica que cerrara los ojos mientras él recitaba el monólogo. Ella estaba borracha y a veces emitía chilliditos y gritaba : “ ¡Es Al Pacino, lo estoy viendo!” , mientras yo me iba desplazando serpentinamente hacia la puerta de salida. “¡…El alma de este chico no está en venta…!, le oí gritar al maño, antes de largarme de allí como la puta rata que soy.
¡Pues esta sí que es buena!: Esto sucedió hace 5 años y hace una semana me comunicó vía Facebook que se había casado con la gallega y esperaban un hijo. Enhorabuena mañico, y no te delates en mi facebook que yo no pienso descubrirte.
7 comentarios:
oye javi, que si eres como el dibujo, tendrás que aprender tu , el monologo de Historia de Amor, por lo menos. Por lo pronto el maño te sopló la gallega- un abrazo javi
Da igual, tenía los ojos demasiado separados de la nariz. Un saludo.
Ya decía yo que había visto cierto parecido físico en el dibujo!
¿Rambo con acento maño? No sé, yo creo que lo hacía más bien vasco.
Eres un encanto ¡has hecho que surja el amor! hasta con churrumbel incluido, aunque yo me pregunto ¿de una gallega y un maño qué saldrá? desde luego a este niño no le va a faltar la capacidad de hablar diversos idiomas.
Javi ¡¡¡ me dio gusto verte por mi cASITA DE BLOG. ya conoceras a PAMPERO....lo que tenia de feo lo tenia de grande-
abrazos Javi ¡¡¡¡
Estimado Javi, la manera de hablar del bellezón gallego, ¿podría ser que fuera por tener acento de Vilaggarssía de Arousa?
Una vez tuve una amiga, ésta era rubia y liberada, que era de Carril, y que cuando estaba muy concentrada solía hablar como tú describes. Causaba el efecto contrario al de tu "ligue". A lo mejor es porque al mismo tiempo entrecerraba los ojos, bajaba un par de tonos la voz y echaba los morritos para adelante.
Uf, acabas de poner a prueba mi capacidad de captar localismos. No, si hubiera puesto los morros a delante no me hubiera parecido tan desagradable, esta creo que hacía desaparecer los labios apretándolos contra las encias. Nada seductor para mí, pero al maño le dio para hacerle un hijo.¡perdona maño!¡tu mujer no me pone!
Un abrazo abuela frescotona. Imposoble resistirse a visitar tu blog con esa foto que tienes del perfil.
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