martes, 14 de abril de 2009

EN FEBRERO UN AÑO



A muchos bebedores compulsivos, a partir de cierta edad, les empiezan a dar ataques de miedo a la muerte y deciden dejarlo antes de que sea demasiado tarde. Se puede reconocer a los que van por buen camino porque parecen olvidar por completo que lo han dejado y alternan con naturalidad en las situaciones de peligro, rodeados de sus amigos borrachos y soportando sus conversaciones demenciales con serenidad y tolerancia. Por otro lado están los que cuentan los días, los que predican a viva voz, casi desde el primer momento, su abstención y no soportan a sus antiguos compañeros de borracheras.

Pica en la imagen y cataloga al protagonista de la tira.


2 comentarios:

Atlántida dijo...

ja, ja! si es que la rehabilitación es muy dura. Yo también prometí desintoxicarme en enero, ahora hace justo una semana que no bebo.

javiguerrero dijo...

Pues tú pareces más bien de fin de semana y alguna cañita en laborales...nada grave. Ya me gustaría a mí que una enfermera borracha me lavara en el hospital.