domingo, 25 de abril de 2010

SR ESQUIZO, SR HIJOPUTA Y SR MIMOSÍN



Me puse a hacer los porros como a mí me gusta, a pesar de que había un legionario borracho a mi lado mirando desconcertado. Tenía un" viva la muerte" taleguero tatuado en el brazo y una insignia de la legión. Yo tiro un poquito de la punta del cigarro y luego meto una micro-china minúscula ahí mismo, luego la presiono con las llaves para que se introduzca unos milimetros entre el tabaco, arranco el interior del filtro con la boca y enciendo el cigarro y apuro las primeras caladas como si me fuera la vida en ello. Aquel día, al advertir la cara de hijodeputa que se le estaba poniendo al legionario, le sonreí y pestañeé dos veces muy rápido en su dirección, para turbarle y ver qué pasaba. No le tiré un beso ni nada, solo hice las alitas de la mariposa con los ojos y sonreí. El legionario, al que llamaremos Sr Hijoputa a partir de ahora, miró a su alrededor intentando averiguar qué coño estaba pasando, pero todavía no reaccionó. Un ratito más tarde ya se había llenado el Savoy Club y todo el mundo parecía llevar el viejo rock and roll en la sangre, incluso aquellas tías con pinta de funcionarias de hacienda, que lo bailaban todo como si se tratase de un twist. Una chica apretó con su culo mi antebrazo( era una rubia enorme que me daba la espalda como yo a ella) y mi antebrazo le trasmitió esa información a mi joven y vehemente cerebro que se lo trasmitió a mi polla que se puso gorda como una morcilla de burgos, retorciéndose y revolviéndose y pidiendo espacio o una postura más cómoda. Dejé el brazo muerto tomando temperatura y dimensiones del culo gracias a unos sensores mide-culos que tengo en la punta de la pelusilla de todo mi cuerpo y que están especialmente desarrollados para esa tarea en esa parte del brazo. Pero divago...como la polla quería espacio me vi obligado a introducir la mano y acomodarla y lo hice mientras miraba de frente al Sr Hijoputa con una sonrisa lujuriosa. Hijoputa volvió a mirar a su alrededor. Hice otro de mis estúpidos porros y entonces Hijoputa habló.
"Me cago en Dios, ahora vas a fumar un porro como a mí me salga de los cojones" , dijo, sin presentarse ni nada( ¿os lo podéis creer?). Hizo un porro enorme con un trozo enorme de chocolate y luego pretendió que lo encendiera. Le expliqué que no podía fumar de esa manera y esa cantidad porque luego iba a tener problemas con las voces. Hijoputa se quedó mirando con esa mirada simiesca que tienen los borrachos con poca cultura.
"¿Qué voces?", preguntó.
Hice un expresivo gesto dándome toquecitos en las sienes y luego apuntando al cielo
"Esas voces" dije. Y sonreí e hice la mariposa con las pestañas y volví a recolocarme la polla (mi pelusilla sensorial de antebrazo seguía trabajando)
Hijoputa, al que a partir de ahora llamaremos Mimosín, cambió de registro con una asombrosa mutación espontanea en su rostro y me explicó que tenía un hermano esquizofrénico y muchas cosas más. Se le puso cara de borracho soñador y empezó con lo de su ex, que era una hija de la gran puta y que la iba a matar. Yo le decía "vamos, vamos" y Mimosín decía que esa misma noche se iba a presentar en casa de esa puta e iba a acabar con todo. Yo le decía "vamos, vamos" y aceptaba la cuarta cerveza. " La quiero más que a mi vida" decía, con la voz pastosa y los ojos llorosos.
"Vamos, vamos"
Así que finalmente me apiadé de él, cuando ya había pagado 6 cervezas, y le expliqué como acabar de una vez por todas con esa puta sin mancharse las manos de sangre.
" ¿Tienen una foto de ella en el móvil?" Tenía cientos, eran fotos que le había sacado a las fotos impresas que guardaba en casa.
"Mira, esto es magia negra adaptada a las nuevas tecnologías, coges la foto, la abres, le das a opciones...editar imagen...efectos...reflejar. ¿Lo ves?, Le hemos dado la vuelta a tu mujer. A partir de ahora todo le saldrá al revés. ¿Quieres que la pongamos boca abajo? le damos a girar...180 grados... ¡Perderá todo su dinero!; ¡Se le caerá de los bolsillos!..."
Me arrebató el móvil y se fue al servicio. Luego pasó a mi lado haciendo como que no me veía y se instaló en el otro lado de la barra.
La pelusilla de mis nudillos tomaba las medidas de unos muslos femeninos y se las trasmitía al cerebro, que se las trasmitía a la polla.
En la imagen, una historia de 2 páginas del Sr Esquizo y Kince, la niña bonita.

4 comentarios:

Mamen dijo...

El Savoy siempre se llena de gente rápidamente y puedes pasar un rato entretenido mirando al personal. Al señor Mimosín aún no lo he visto.

Thornton dijo...

Javi, espero no verte con Mimosín de la mano y aleteando las pestañas. Ya me has dejado preocupado.
Un abrazo.

javiguerrero dijo...

¿Que no has visto a Mimosín? el mundo está lleno de borrachos violentos con cerebro de manteca
Thornton: Hay que ser muy hombre para aletearle las pestañas a un legionario borracho ;)

Thornton dijo...

Javi, tienes razón, hay que tenerlos bien puestos.
Otro abrazo.