Dos libros sin dibujitos en uno:
“Mira qué tonto”, el libro reverso de “El baile de las moscas Silvia”, es una recopilación aleatoria de trocitos de vida que recuerdo como pequeñas performances surrealistas que enriquecen mi existencia sin haber hecho mella en ella, al igual que la visión de una gaviota despedazando una paloma o de una obra de arte bella y estúpida pueden grabarse con huella indeleble en la memoria sin ir acompañadas de conclusión alguna. Todo ello salpicado de esas encantadoras estupideces inventadas, destinadas a que el lector no acabe ensalivando las páginas mientras reposa su cabeza sobre el libro, sumido en un irremediable sopor.
“Mira qué tonto”, el libro reverso de “El baile de las moscas Silvia”, es una recopilación aleatoria de trocitos de vida que recuerdo como pequeñas performances surrealistas que enriquecen mi existencia sin haber hecho mella en ella, al igual que la visión de una gaviota despedazando una paloma o de una obra de arte bella y estúpida pueden grabarse con huella indeleble en la memoria sin ir acompañadas de conclusión alguna. Todo ello salpicado de esas encantadoras estupideces inventadas, destinadas a que el lector no acabe ensalivando las páginas mientras reposa su cabeza sobre el libro, sumido en un irremediable sopor.
“El
baile de las moscas silvia” podría ser uno de esos relatos de iniciación
de un adolescente a la vida adulta, pero el protagonista es demasiado
hijo de puta como para hacernos brindar por la cándida adolescencia.
140 páginas
Tamaño A5
Encuadernado en rústica
Prólogo de Jaime Poncela.
140 páginas
Tamaño A5
Encuadernado en rústica
Prólogo de Jaime Poncela.
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