Miguel no tenía un duro, ni nada en la nevera ni nevera ni lavadora; por eso, cuando se tiró desde un décimo piso, le jodió un poco ver por el rabillo del ojo, justo antes de estrellarse contra el suelo, un billete de 50 euros que alguien había perdido.
3 comentarios:
bah... ese biyete de 50 euros sólo hubiese prolongado el suicidio un día o dos más, luego estaría otra vez en las mismas...
saludos¡¡¡
No señor, durante esos dos días se habrían encadenado una serie de acontecimientos asombrosos que habrían llevado a nuestro amiguito a los brazos de Penélope cruz, por ejemplo.
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