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Un amigo con la inteligencia y conocimientos necesarios para que yo tome sus opiniones en consideración tiene la bárbara costumbre de someterme a una desagradable presión argumental, cada vez que sale el tema, intentando convencerme de que en mis tiras de humor evite la chabacanería y el lenguaje obsceno de algunos de los personajes. Pero ¿cómo puedo yo tiranizar a esos tipos de los dibujos haciéndoles comedidos cuando están airados? ¿Sería ético por mi parte decirle a los dibujitos de la pantalla lo que deben pensar y con qué lenguaje hacerlo o, por el contrario, debo permanecer en mi papel de observador y no tomar parte, evitando así la tiranía de la corrección política? ¿Para que coño están ahí los personajes sino es para decir lo que les apetezca?
Mi amigo se exalta hasta el punto de que se pueden ver partículas de saliva salir despedidas de su boca mientras razona; y a mí me viene siempre una frase a la cabeza; es de Oscar Wilde y la decía el amigo bohemio e ingenioso de Dorian Gray: Cuando alguien atacaba una de sus opiniones diciéndole: “usted no puede opinar así, no es razonable”, el respondía entonces “No sé qué es más temible, la razón bruta o la fuerza bruta”( la cita no es literal, así que no se mese los cabellos, señor profesor de literatura).
Un día los dedos de mi amigo se crisparon de tal manera sobre el único ejemplar impreso de COMO LOS SAPOS CIEGOS- mientras señalaba un chiste que, según él, podría haberse resuelto de manera más sutil y elegante sin perder el significado- que el ejemplar parecía después haber sido usado para envolver el bocadillo. Arriba os muestro el chiste con y sin la obscenidad.
Mi amigo se exalta hasta el punto de que se pueden ver partículas de saliva salir despedidas de su boca mientras razona; y a mí me viene siempre una frase a la cabeza; es de Oscar Wilde y la decía el amigo bohemio e ingenioso de Dorian Gray: Cuando alguien atacaba una de sus opiniones diciéndole: “usted no puede opinar así, no es razonable”, el respondía entonces “No sé qué es más temible, la razón bruta o la fuerza bruta”( la cita no es literal, así que no se mese los cabellos, señor profesor de literatura).
Un día los dedos de mi amigo se crisparon de tal manera sobre el único ejemplar impreso de COMO LOS SAPOS CIEGOS- mientras señalaba un chiste que, según él, podría haberse resuelto de manera más sutil y elegante sin perder el significado- que el ejemplar parecía después haber sido usado para envolver el bocadillo. Arriba os muestro el chiste con y sin la obscenidad.
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4 comentarios:
Me quedo con la versión original, es muy solidaria con el genero animal.
Un saludo (Estas fatal pero me gusta como va esto)
ja,ja! toda la razón, mejor que los personajes sean libres y digan lo que quieran
Si Esperanza, nosotros no lo podemos ver, pero estaba moviendo el rabo de contento.¿Fatal?... Estoy bien...ya no escucho las voces.
Rebeca: es que basta que el lector te conozca de hace años para que te identifique con lo que hacen o dicen tus personajes, y saque conclusiones.
Sin duda, la gracia se la lleva la versión suavizada.... Nooooo, qué va.
Muy buena!
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