jueves, 30 de abril de 2009

¿TUS PADRES FOLLAN?


T. se emborrachó una vez conmigo. Es un tipo discreto y no muy dado a las fiestas pero aquel día necesitaba emborracharse y me llamó, suponiendo que yo estaría dispuesto como siempre. Invitaba él. No le pregunté nada ni mostré extrañeza por sus excesos (esa es mi grandeza, no incomodar con indiscreciones y dejar que el río fluya). Cuando ya iba bien la cosa y nos habíamos reído algo, dejé caer unos incómodos silencios para que se animara a explicar lo que fuera. No tardó. El asunto es que él era el más pequeño de 7 hermanos. Sus padres lo tuvieron ya entrados en años y él suponía que no habían vuelto a copular nunca; no entendía que placer podían sentir aquellos ancianos en revolcarse juntos. Eran feos.
-Esta misma noche- me explicó- llegué a casa a la 1 de la madrugada procurando no hacer ruido, me extrañó ver su puerta abierta. No me esperaban. Recordé que les había dicho que esa noche saldría de viaje (había cambiado de planes). Estaban follando. Uno encima del otro, como lo oyes. Mis ancianos padres follando como perros. Y gemían. Volví a la sala y me senté allí a oscuras. Cuando me pareció que habían parado volví a intentar pasar discretamente en dirección a mi cuarto y descubrí que mi madre se la estaba chupando a mi padre. Como lo oyes. Mi madre se estaba metiendo la vieja polla de mi padre en su boca. El caso es que ahora no sé qué pensar…- Unas tímidas lágrimas afloraron en sus ojos.
Inmediatamente pensé que no se debería tener hijos a partir de cierta edad, para evitar el riesgo de parir tarados como el que tenía delante. Al parecer, su madre era una vieja de las que hace galletitas y se asusta de cómo va el mundo y su padre un hombre cabal de hablar de futbol y jugar al mus, que se compró cuatro gorras de jubilado (dos de invierno a cuadros y dos de verano a rayas) el día de su jubilación. Le consolé como pude, explicándole que a mi vecina octogenaria la habían pillado ensartada por un gran danés, que les tuvieron que tirar un cubo de agua fría para separarlos. No se lo creyó pero le entró la risa. Eso era todo lo que yo podía hacer.
¡T, esta historieta va por ti y por tus padres, si es que aún viven! ¡pica en la imagen amigo mío!




martes, 28 de abril de 2009

CERRADO POR COLONOSCOPIA

El otro día encontré este cartel en la puerta de una pequeña tienda de barrio.
El hecho de que nos informe tan cumplidamente de lo que le va a ocurrir a su culo esta mañana no es lo mas hilarante, lo más gracioso es que nos adviertan de que a las 4 de la tarde estarán con todos nosotros, como si la colonoscopia del presentador hubiera interrumpido un programa de televisión. Y ese delicioso e inocente “más me molesta a mí” que me hace pensar que hay compadreo con sus clientes, ya que les hace un pequeño chascarrillo sobre el sufrimiento que supone meterse un cable por el culo.
La duda es esta: ¿el propietario es imbécil o un genial humorista que bebe del surrealismo?

sábado, 25 de abril de 2009

LOS SIMPSON POR DENTRO








S.P. T., un psicólogo en paro al que conozco, me dio las claves para realizar estos dibujos realistas de los Simpson. Juntos hicimos estos retratos robot.

jueves, 23 de abril de 2009

PUES ALEGRÁNDOME, HOMBRE



La historieta de hoy está basada casi literalmente en un hecho real del que fui testigo. También recuerdo otra historia parecida en mi pueblo, aunque esta no la he dibujado: Dos señores con boina se encontraron en el bar y parecía que llevaban mucho tiempo sin verse. Se preguntaron por sus familias y uno le dijo al otro que su madre había muerto el mes anterior y su mujer hacía un año. El otro, demostrando que se la pelaba como estaba la familia de nadie y que no había escuchado nada dijo: “Bueno hombre…alegrándome”, apuró el vino y se fue por donde había venido, dejándonos a todos con la risa en la garganta.
Son dos historias que acaban de manera parecida. En la de la imagen hubo exceso de deseo de agradar y demostrar empatía y en el segundo caso absoluta indiferencia.
Conclusión: Si te importa una mierda quien se le haya muerto a tu vecino, será mejor que te calles como un zorro.

lunes, 20 de abril de 2009

LOs NIÑOS DE MI PUEBLO JUGABAN A FOLLAR EN VEZ DE A LOS MÉDICOS

En mi pueblo los niños no jugaban a los médicos, sino a follar en el pajar. Esta foto es del sitio donde mi abuelo guardaba la hierba curada. El nombre de este sitio es “el piño” (por alguna razón que desconozco) y, cuando estaba lleno de hierba, era un lugar de recreo y lujuria para los niños y las niñas. Yo, por desgracia, era más pequeño que los demás y nunca me dejaron participar en las orgías. Mientras ellos hacían lo suyo yo me iba al río a cazar ranas y a estamparlas contra la pared, o a quemar sapagueras (salamandras de río) vivas (que debían ser muy malas porque tenían la panza naranja). Yo tenía esas historias de escarceos infantiles grabadas en la memoria, sin saber a quien se las había oído contar. En los últimos 5 años me atreví a preguntarles a los supuestos protagonistas de aquellos juegos y me sorprendí al comprobar que gente de edades muy diversas había practicado el mismo juego en el mismo sitio y me pregunté si es que Dios me había castigado sin sexo en el pajar por alguna razón o todos mentían. Una de las prácticas que más me sorprendió escuchar en boca de personas que no coincidían en edad fue la siguiente: El techo de la foto de arriba es nuevo, así que le hacemos un arreglo con photoshop para que sepáis como era. De esa manera, desde esa especie de altillo se empujaba la hierba hacia dentro(creo).
Luego, de esta manera tan tosca, también con photoshop, rellenamos de hierba el pajar, hasta la altura que considero adecuada para el juego en cuestión.


La niña se espatarra ahí encima con las patas abiertas. El niño está subido en la viga y se tira sobre ella pretendiendo penetrarla en la caída. Nunca (siempre en versión de los protagonistas) había penetración, sino que las pollas se doblaban sobre los coños y solo se restregaban. Solo uno de los supuestos protagonistas afirmó que con 10 años se había follado a todas las niñas y alguna mujer casada del pueblo, pero es medio subnormal y tiene moto. Y yo, mientras, reventaba ranas y sapos y les arrancaba las patas a los saltamontes. No hay moraleja ni nada.






viernes, 17 de abril de 2009

EL NUMERO 7

¡Sí amiguitos! El nº 7 de COMO LOS SAPOS CIEGOS está en mi página, está misma tarde lo he terminado de preparar y he corrido alborozado a colgarlo. Ese viejito de la silla me ha salido cojonudo, con esas manos de azada y pala. Picad en la imagen y derechos al índice.

jueves, 16 de abril de 2009

follaba mucho y llevaba hostias


Hace años alquilé una habitación en el piso en que vivía a una tia muy buena que estaba todo el rato jodiendo con hombres de todos los pelajes. Un día apareció en casa uno que decía ser su novio y montó un pollo de la hostia por que la chica estaba follando en ese momento con su mejor amigo. Era un albañil de dos metros y 22 años y el amigo también, así que los dejé hacer. Para mí sorpresa, a ella le cayeron dos hostias y entre ellos casi hubo abrazos y lágrimas, porque eran amigos desde la infancia y no era de ley que una guarra rompiera sus lazos de amistad. Los amenacé con llamar a la policía y se fueron. La chica estaba avergonzada y se escondió en su habitación (pude ver la suela de un zapato marcada en su culo). Al día siguiente la señora que vivía en el piso de abajo me salió al paso en el descansillo y, después de preguntarme por los sucesos de esa madrugada, me dijo: “échala, que estas tías solo traen problemas, hazme caso”. No la eché, se fue dos meses más tarde con el novio apaleador. Me pregunto que oscuras motivaciones movieron a mi vecina a odiar con tal saña a una chica que follaba mucho y se llevaba alguna hostia y si, en general , a las mujeres no les gusta que sus vecinas les superen en actividad sexual.
Pica en la imagen.

martes, 14 de abril de 2009

EN FEBRERO UN AÑO



A muchos bebedores compulsivos, a partir de cierta edad, les empiezan a dar ataques de miedo a la muerte y deciden dejarlo antes de que sea demasiado tarde. Se puede reconocer a los que van por buen camino porque parecen olvidar por completo que lo han dejado y alternan con naturalidad en las situaciones de peligro, rodeados de sus amigos borrachos y soportando sus conversaciones demenciales con serenidad y tolerancia. Por otro lado están los que cuentan los días, los que predican a viva voz, casi desde el primer momento, su abstención y no soportan a sus antiguos compañeros de borracheras.

Pica en la imagen y cataloga al protagonista de la tira.


sábado, 11 de abril de 2009

ACUSADO INJUSTAMENTE DE NO CONOCER A NINGÚN PROFESOR DE LITERATURA

Alguien me envió un correo anónimo, sin ningún dato que me diera una pista de quien es:

ANÓNIMO:

Xavi a mi no me engañas, te conozco de guaje apuesto a que todo lo que cuentas es mentira. Y no me creo que conozcas a ningun profesor de literatura.

RESPUESTA:
¿Qué tenemos aquí? Un anónimo que me acusa de no conocer a ningún profesor de literatura. Esa es una acusación muy grave. ¿A que no me lo dices en la calle? Si tuvieras nombre te demandaría por difamación. Aquel que nunca haya afirmado que conoce a un profesor de literatura no siendo ello cierto, que tire la primera piedra. Yo, por mi parte, puedo jurar que conozco no a uno sino a dos profesores de literatura y una filóloga profesional además de un mamporrero y un sexador de pollos, un tragafuegos y un miembro activo de Payasos sin fronteras(este último podría ser perfectamente el autor del anónimo). Y un mayordomo.
Solo animarte, señor anónimo, a que la proxima vez expongas tus dudas públicamente en los comentarios del blog, que no hay que tener vergüenza hombre. Sólo tienes que preguntarle a alguien que sepa como funciona eso de los comentarios y leer un par de libros( aunque tengan las letras gordas y solo mires los dibujos porque, como ves, cualquier imbécil puede publicar un blog en internet) antes de decidirte a participar.

miércoles, 8 de abril de 2009

UNA NIÑA FEA COMO UNA MOCHILA


Jamás nadie me ha escuchado decir nunca, al presentarme a su hijito, frase alguna de elogio hacia el niño en cuestión. ¿Por qué?, porque así todo el mundo da por sentado que no soy de piropear niños y cuando me presentan a uno extremadamente feo no se ofenden ante mi mutismo. Mi frase estandar ante la exposición de un niño para mi valoración es “¿Le sacáis parecido a la madre o al padre?” o si está uno solo de los padres afirmo sin dudarlo que el niño es igualito que él. Pero mi amiga P. con esa empatía propia de algunas mujeres muy solidarias con las otras mujeres, sobre todo si son madres, se siente siempre en la obligación de decir algo bonito. Así, el otro día estaba tomando una cerveza con ella cuando llegó un tipo portando en sus brazos a una niña de unos tres años que, sin padecer ninguna malformación congénita, era demasiado parecida a Fernando Fernán Gómez en el otoño de su vida. Se saludaron y nos presentó a su hija. Mi amiga se quedó, por primera vez en su vida, sin palabras, con una sonrisa congelada que duro un minuto o dos horas y consiguió avergonzarme, y finalmente dijo: ¡Ay que ver que pestañas más largas tiene la niña!
Como no sería capaz de dibujar aquella cara de la niña os propongo un chiste de niños feos que sospecho que ya he publicado pero queda bien para este tema (y yo tambien me tengo que joder con los capítulos repetidos de los Simpson, que hasta les estoy cogiendo asco).

lunes, 6 de abril de 2009

EL COLOR AMARILLO SIEMPRE FUE UNA MIERDA




Si miráis esta puerta de cerca, veréis que la cerradura está pintada de amarillo. Parece la deliciosa extravagancia de un paleto con inquietudes. Yo estaba sentado en el banco de enfrente cuando fue pintada. Eran la 11 de la mañana. El asunto fue así:
Apareció un tipo con un botecito de pintura amarilla y un pincel. Llevaba una curda de campeonato. Me explicó que iba a reformar la casa, empezando por la puerta, para hacer un hotel rural o un bar o una tienda de artesanía. “Todas las piezas de hierro de esta puerta van a ir de amarillo”. Me dio la espalda y comenzó la tarea. La pintura estaba algo seca. Se fue. Volvió otra vez con el bote de pintura; me miró con esa mirada estupefacta de borracho y algo me dijo que había añadido agua en el bote y vino en el gañote. Me explicó (nuevamente) que iba a reformar la casa, empezando por la puerta, para hacer un hotel rural o un bar o una tienda de artesanía. “Todas las piezas de hierro de esta puerta van a ir de amarillo”. Me dio la espalda de nuevo y reemprendió la tarea.
Vomitó. Una cosa rápida. Me miró, miró al bote, me miro, sonrío para dentro y algo me dijo que el vino que se había echado al coleto estaba ahora en el bote de pintura.
“Voy a tomar un par de vinos ahora que tengo el estómago limpio”, pensó en alto, mientras arrojaba el bote y el pincel en un contenedor.
Me quedé contemplando como bajaba por el sendero, escorado el cuerpo a la izquierda a veces y a veces a la derecha y murmurando “…el amarillo es una mierda…siempre lo fue…”.
La idea de que el amarillo siempre hubiera sido una mierda (ahora, hace dos siglos, en la edad media, en los trajes de noche, en los cuadros de Van Gogh, en los coches y trenes y en las figuras de porcelana …) se me presentó como una revelación y me hizo reír en alto( como un loco sentado en un banco) y me alegró el día. Para que luego digan que soy pesimista.

viernes, 3 de abril de 2009

EL MAL SEGÚN P.



Mi amigo F… es profesor de literatura y les propuso como examen a sus alumnos que escribieran algo respecto a esta foto. P… ,el chaval que escribió el texto que sigue, siempre le pareció un poco subnormal, con la cara llena de granos, boqueras crónicas y unos gestos de barrio muy artificiosos que hacía a propósito para agradar a los golfos de la clase, aunque estos tomaban su actitud por burla y le daban lo suyo. Además, había hecho con su bozo un pequeño y ridículo bigotillo que hacía imposible mantener una conversación seria con él. Ahora F. duda de su intuición para calificar a las personas y de la cordura o genialidad del chaval. Le he añadido alguna coma y corregido alguna falta ortográfica, pero las palabras son las suyas. La redacción:
EL MAL
“Como hacia un día de puta madre con un sol de la hostia, salí al campo a dar un paseo con mis botas nuevas de pasear, una larga paja de trigo que me traje de Castilla para ponérmela en la boca en estas situaciones y un sombrero blanco muy casual. Me puse el emepetrés con la pastoral de Beethoven a toda leche. En realidad no me gusta demasiado esa sinfonía porque se la ve muy pastoral, pero enseguida me metí en el personaje y cuando comenzó el segundo movimiento mis botas casi bailaban por el caminito conmigo encima y la paja se menaba en mi boca al ritmo de la música. Cuando pasaron dos señoritas núbiles con unos ojos como para metérsela hasta la garganta, no pude evitar levantar mi sombrero e inclinar la cabeza con una sonrisa (franca, feliz, pícara, contagiada de primavera a pesar del otoño) a la que correspondieron con un desprecio que me hizo dudar de la existencia del bien en este mundo que me ha tocado vivir. Para corroborar mis pensamientos fúnebres, aparecieron en ese momento unas nubes muy pesadas y el cielo se oscureció y esos pájaros que veis alzaron el vuelo. Era el mal que había salido también a dar un paseo y me había pillado desprevenido en medio del campo. Ahora solo me quedaba esperar la lluvia y la muerte. O por lo menos la lluvia.
Primero hubo un trueno de los gordos y luego el cielo empezó a descargar su ira sobre mí en forma de agua. Pero yo no me amilané, no señor: Me abrí la camisa y me quité el sombrero y, mirando al cielo, desafié al Diablo con los brazos en cruz y el rostro encendido por la intensidad del momento. Los rayos pulverizaban árboles a mi alrededor pero yo seguía con paso firme dejando que fuera el destino el que decidiera si la muerte me llegaría fulminado por un rayo o arrollado por una tromba de agua o si el sol volvería a salir o alguna mujer a mirarme con deseo alguna vez. Ya de noche, me miré en el espejo del armario, retador, y comprobé orgulloso como mis espinillas y granos habían desaparecido o por lo menos habían perdido entidad, eclipsados por la mirada de acero que ahora se advertía en mis ojos. La mirada endurecida de alguien que ha desafiado a la muerte.”
Mi amigo estuvo tentado de hacerle leer la redacción en alto durante la clase; me pidió opinión y le dije que lo olvidara. Bastante tenía el chico con capear la adolescencia en inferioridad de condiciones como para que un profesor insensible desnudara su corazón galopante públicamente. Que no está dando clases en Queimbrich, joder.